Fuente: Expansión
La petrolera invertirá otros 18 millones de euros en la refinería, una de las nueve que gestiona en todo el mundo, para mejoras medioambientales y reducir emisiones.
La refinería de BP en Castellón se encuentra en plena parada técnica, una operación de mantenimiento que realiza cada cinco años y que también aprovecha para realizar inversiones y mejoras que no se pueden acometer con sus líneas en funcionamiento.
Una operación que está previsto que dure 44 días y que supondrá un desembolso de 80 millones de euros para la petrolera británica. Durante estos días la instalación cuenta con 3.800 operarios de más de 150 contratas.
La mayoría corresponde a los costes que conllevan las actuaciones de mantenimiento, revisión y renovación de sus equipos, que el director de la refinería, José Luis García Galera, cifró en 50 millones. Además, otros 30 millones corresponden a inversiones, con la instalación de una nueva unidad de vacío que incluye una torre de 63 metros de altura y 9 de diámetro.
Como publicó EXPANSIÓN en 2016, esta inversión permitirá a la planta aumentar en un 10% su capacidad de transformar fuel óleo, un producto más básico y de menor precio, en gasolinas de mayor valor.
«Nos permitirá mejorar el margen en un dólar por barril refinado», apuntó García Galera para explicar que sus efectos se dejarán notar más en la rentabilidad de la planta, que presume de ser la más eficiente de las cuatro de BP en Europa, que en el volumen.
El responsable de la factoría también señaló que en 2018 se llevará a cabo otra inversión de 18 millones de euros pactada con la Generalitat Valenciana y las administraciones locales para reducir las emisiones y partículas contaminantes a niveles mucho más bajos de los fijados por la normativa. García Galera señaló que en los últimos doce años BP ha invertido mil millones en Castellón.