Fuente: El Economista
Desde que los mercados tocaron el momento de mayor pánico en el primer trimestre del año pasado, cuando la crisis sanitaria por el Covid-19 estaba en su peor momento en España y la incertidumbre era enorme, el precio de las materias primas no ha hecho más que subir.
El cóctel que ha creado el desarrollo de varias vacunas, que están siendo eficaces para reducir enormemente la mortalidad del virus, junto a los planes de estímulo que han diseñado los grandes bancos centrales del planeta y también los gobiernos de las mayores economías, ha sido una inyección de energía para el precio de los recursos básicos.
Algunos, además, también han experimentado presión alcista por parte de la oferta, y no sólo por la demanda, con disrupciones en la producción que han agudizado el déficit y han acelerado las subidas de los precios.
Cuando uno mira la tabla de las principales materias primas que cotizan en el parqué, aquellas que no han subido de precio en los últimos 12 meses son la excepción, algo que también ocurre si se atiende al comportamiento que han tenido desde que empezó 2021.
Esta semana, sin embargo, ha arrancado con un susto importante para los alcistas: las materias primas se desplomaron el lunes, con fuertes caídas generadas por el temor a los contagios de la cepa Delta del coronavirus. El petróleo, por ejemplo, arrancó la semana con pérdidas del 6,75 el lunes; las caídas en el precio de metales como el cobre o el estaño fueron del 2,8% y 0,8%, respectivamente.