EDP iniciará después del verano las negociaciones con la Comisión Europea dirigidas a obtener fondos para el proyecto de Valle del Hidrógeno que supondrá transformar la central térmica de Aboño, en Gijón (Asturias) y crear otra de hidrógeno verde que la abastezca. El proyecto, denominado oficialmente Asturias H2 Valley, cuenta con un presupuesto total de 500 millones de euros y se desarrollará en dos fases. La primera, de 150 megavatios (MWh) de capacidad, estará en operación a finales de 2025. La segunda, de 350 MWh, deberá entrar en servicio en 2030.
Tras conseguir recientemente que la Comisión Europea considere el Asturias H2 Valley como un Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI), EDP buscará acogerse al nuevo Fondo de Innovación cuya próxima convocatoria está dotada con 4.000 millones de euros. Y negociará con Bruselas para obtener el mayor volumen de ayudas posible.
La futura planta de hidrógeno de Aboño ha recibido ya 30 millones de euros en ayudas europeas gestionados por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (Idae) con cargo al PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento.
A su favor cuenta que la Comisión solo ha otorgado ese sello de proyecto estratégico a 41 de las 239 iniciativas de tecnologías limpias a gran escala que fueron presentadas por los 27 países que conforman la Unión Europea.
Los 41 proyectos seleccionados han sido presentados por España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Croacia, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Austria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia e Irlanda.
La primera fase del Asturias H2 Valley cuenta con un presupuesto superior a los 244 millones de euros. Se prevé que alcance una producción anual superior a las 23.000 toneladas de hidrógeno y cerca de 190.000 toneladas de oxígeno.
El principal ‘cliente’ de esta producción de hidrógeno verde será el llamado Grupo 2 de la central térmica de Aboño (propiedad de EDP tras la compra de la antigua Electra de Viesgo en 2020) que, en la actualidad, utiliza carbón y gas como combustible.
Se estima que, una vez en marcha, el proyecto Asturias H2 Valley evitará la emisión de más de 130.000 toneladas de CO₂.
La compañía está a la espera de obtener la preceptiva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para dar inicio a las obras. La energética portuguesa baraja, además, incluir en esta infraestructura la construcción de una red de hidroductos, dada su proximidad a la planta regasificadora de El Musel, propiedad de Enagás, cuya operación para los próximos años fue adjudicada a Endesa a principios de mes.