El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, pidió ayer al vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, que permita que las minas de carbón españolas rentables sigan abiertas más allá de 2019, aunque hayan recibido ayudas públicas en el pasado. Por otro lado, Hunosa anunció también este martes que presentará una querella criminal contra el Grupo Alonso por apropiación indebida o por estafa por un quebranto que podría situarse en los 46 millones de euros tras la desaparición de más de medio millón de toneladas de carbón de su propiedad.
En cuanto al primero de los asuntos, el comisario comunitario español recordó a Soria que el reglamento de 2010 de la Unión Europea sobre ayudas al carbón establece que estas subvenciones «son ayudas al cierre y que, por tanto, una vez recibidas o se devuelven y siguen abiertas las minas o las minas tienen que cerrar» de aquí a 2019, según explicó el propio ministro de Industria.
A pesar de esta negativa, el responsable de la cartera de Energía española aseguró que desde el Gobierno seguirán reclamando a la UE que autorice que las minas españolas «competitivas» que no necesiten nuevas ayudas públicas para seguir funcionando sigan abiertas. «Sabemos que es una cuestión muy difícil, pero eso no quiere decir que el Gobierno de España deje de trabajar en esa dirección», aclaró Soria.
«No parece que tenga mucho fundamento estar ayudando a unas explotaciones mineras y que, una vez que pueden competir por sí mismas, tengan que cerrar», argumentó el responsable del Ejecutivo español.
Querella de Hunosa contra el Grupo Alonso
En otro orden de cosas, la presidenta de la estatal minera Hunosa, María Teresa Mallada, anunció ayer ante los medios de comunicación que su compañía va a presentar una querella criminal por apropiación indebida o por estafa contra el Grupo Victorino Alonso por la desaparición de más de medio millón de toneladas de carbón de su propiedad, situación que supondría un quebranto de alrededor de 46 millones de euros.
Aún no se ha determinado contra quiénes irá dirigida esta querella, que los servicios jurídicos de Hunosa presentarán previsiblemente en breve, ni el montante final de la presunta estafa, que dependerá del precio que se asigne al carbón y del informe de un perito independiente que debe cuantificar aún una parte del mineral desaparecido.
Mallada también aclaró en la rueda de prensa que Hunosa ya ha activado las garantías contractuales para recuperar 26 millones de euros y añadió que está dispuesta a llegar a donde sea para aclarar la desaparición de más de 528.000 toneladas del Almacenamiento Estratégico Temporal de Carbón (AETC), según cálculos aún provisionales, depositadas en instalaciones del Grupo Alonso.
Cabe recordar que el AETC fue una iniciativa adoptada en 2009 por el anterior Gobierno por la que se autorizaba a Hunosa a comprar carbón a las compañías privadas, almacenarlo y venderlo posteriormente. La minera estatal firmó quince contratos con nueve empresas mineras para adquirir algo más de tres millones de toneladas de carbón, que quedó almacenado en una veintena de depósitos de Palencia, Asturias y León.
Tal y como aclaró Mallada, solo hubo problemas de desfase entre el carbón almacenado por dos empresas del Grupo Alonso. El primero se detectó el pasado mes de octubre y se cifró en 100.000 toneladas. Dos meses después, 370.000 toneladas de carbón que había junto a la central térmica de Compostilla (León) aparecieron con un cartel de Endesa, eléctrica que aseguró haber comprado el mineral.
En total, y a falta de que un perito independiente cuantifique cuánto carbón falta de algunas pilas, las mediciones de Hunosa arrojan un desfase de 528.214 toneladas, descubrimiento que llevó al Gobierno a aplazar el pago de las ayudas a la producción a las empresas privadas correspondientes a 2012.
Asimismo, la presidenta de Hunosa aclaró que los contratos fijan que su compañía paga una renta mensual por tener el mineral almacenado en los depósitos de carbón de las empresas privadas, pero que estas no pueden utilizarlo, ni moverlo ni, por supuesto, venderlo. En este sentido, cuestionó las respuestas dadas por el Grupo Alonso ante los requerimientos de Hunosa, que pasaron de la negación del desfase a plantear mermas por un exceso de lluvias, a que el carbón que faltaba estaba en otros emplazamientos o a que las toneladas que faltaban serían repuestas.