El precio de la electricidad para los consumidores domésticos españoles se incrementó en un 59,1 % entre el segundo semestre de 2007 y el primer semestre de 2013, según un estudio presentado hoy por el investigador del Oxford Institute for Energy Studies David Robinson.
De esta manera, los precios españoles han pasado de situarse ligeramente por debajo de la media europea a colocarse en los primeros puestos (concretamente en el sexto en el primer semestre de 2013).
Según Robinson, la factura eléctrica se ha encarecido más para los consumidores domésticos que para la pequeña industria y mucho más que para la gran industria, lo que está relacionado con el distinto peso de la «cuña gubernamental», es decir, de los costes no energéticos incluidos en la tarifa (renovables y ayudas al carbón, entre otros).
De acuerdo a sus cálculos, esta «cuña gubernamental» supone un 51 % de la factura doméstica, un 26 % de la de pequeños industriales y un 13 % de la de la gran industria.
De hecho, según Robinson la diferencia de precios energéticos en los países europeos están relacionados «con el grado de apoyo a políticas energéticas renovables y de eficiencia energética», ya que «los que apoyan más tienen precios más altos».
«Tanto en España como en Europa estamos enfrentando un problema serio de tensión entre mercado e intervención», ha apuntado, al mismo tiempo que ha considerado que «los costes de depender de la planificación son altísimos» como ha demostrado el apoyo a las renovables en los últimos años.
Así, en su opinión, «dar más margen a la competencia en el mercado es la dirección correcta».
En ese sentido, ha señalado que la legislación introducida por el Gobierno español en los últimos años «va a más intervención» cuando debería abogar por «elementos de competencia» y sacar los costes no energéticos, como las ayudas a las renovables y al carbón, de la tarifa.
También ha apostado por promover el abandono de la tarifa regulada ya que «la única forma de fomentar la entrada de nuevos agentes en el mercado libre es que haya muchos clientes en ese mercado».
Más de la mitad de la factura de luz se debe a costes de política pública,
Más de la mitad de la factura española de la electricidad se debe a costes de política pública, según ese mismo informe.
Robinson indica que, por cada 100 euros en el recibo de la luz para consumidores domésticos, cerca de 51 euros provienen de impuestos, gravámenes y otros conceptos introducidos por los gobiernos para financiar las políticas públicas.
Esta circunstancia, a la que el experto denomina, como ya hemos apuntado, «cuña gubernamental», es la que convierte a España en uno de los países de la UE que mayores cargas soporta por los distintos conceptos incluidos en los recibos que pagan los pequeños consumidores.
El resultado de las políticas aplicadas es que España tiene uno de los precios eléctricos para usos domésticos más altos de la Unión Europea, a pesar de que sus costes en áreas como la distribución o la generación están entre los más bajos de la UE.