Fuente: Expansión
Miles de megavatios de las subastas de 2015 y 2017 no están listos para arrancar en enero, como marca la ley. Se trata de evitar que pierdan las licencias y los avales.
Red Eléctrica, el grupo que gestiona las instalaciones de alta tensión de luz en España y se encarga de garantizar el suministro de luz, está buscando soluciones urgentes para evitar que miles de proyectos eólicos y fotovoltaicos pierdan la licencia que les otorgó el Gobierno por no cumplir los plazos de instalación.
El problema es gigantesco y, si no se encuentra una salida, puede poner en peligro la primera gran ola de nuevas renovables que se espera en España en los próximos años. Se calcula que podría haber más de 3.000 megavatios afectados por los retrasos. Los promotores, además de perder la licencia para construir esas instalaciones, perderían decenas de millones de euros en los avales bancarios que presentaron para garantizar su ejecución.
El problema emana de las subastas de nuevas licencias que el anterior Gobierno del PP realizó entre 2015 y 2017. Con esas subastas, se abrió de nuevo la veda de la instalación de renovables en España, tras un parón que duró varios años por la moratoria en la concesión de nuevas subvenciones.
En total, se realizaron tres subastas, en las que se otorgaron más de 8.800 megavatios de potencia (ver gráfico), prácticamente repartidos al 50% entre eólicas y fotovoltaicas. Los grandes adjudicatarios de esas subastas fueron nuevos grupos como Forestalia, totalmente desconocidos a gran escala en el sector energético. En una segunda fase también lograron gran parte de la tarta Endesa y ACS, entre otros.
La ventaja de las subastas es que a los adjudicatarios de las licencias se les garantizaba una rentabilidad por sus proyectos. La contrapartida es que los megavatios debían entrar en operación en una fecha determinada.