Fuente: El Economista
Red Eléctrica y el Gobierno argelino están tratando de resucitar un proyecto que lleva casi quince años sobre la mesa: una posible interconexión eléctrica directa entre ambos países, tal y como ha desvelado el ministro de energía argelino, Mustafa Guituni.
La intención es aprovechar el recorrido del gasoducto Medgaz para incorporarle un cable que permita la exportación de electricidad de Argelia a Europa por casi 9.000 MW.
Medgaz se encuentra en estos momentos en un proceso de análisis para poder incrementar notablemente su capacidad de exportación de gas a Europa, un extremo que se convierte en mucho más importante a raíz de la reciente decisión de los reguladores español y francés de frenar el proyecto de interconexión con Francia y parece que Argelia está dispuesta a aprovechar esa renovada y potente posición negociadora.
Red Eléctrica además tiene una clara necesidad de incrementar sus inversiones para que su beneficio pueda seguir creciendo y las interconexiones con Europa pueden complicarse a la vista de la decisión adoptada por la CNMC y la CRE con Midcat por su elevado coste. No olvidemos que un informe elaborado por Tractebel para la Comisión Europea ya alertaba de lo ruinoso que podría ser el aumento de estas redes eléctricas.
Según el informe técnico -calificado como restringido- al que tuvo acceso el Economista, el análisis realizado por la ingeniería belga Tractebel, ponía en duda la rentabilidad de alcanzar un 15% (21,1 GW) de nivel de interconexión en el año 2030, un extremo que consideran que no sería rentable bajo ninguno de los cuatro posibles escenarios analizados por la compañía y elaborados por el Entsoe, el organismo que aglutina a los transportistas europeos.
En opinión de este estudio, los análisis que se están realizando para doblar la interconexión con Reino Unido y añadir una línea a través del Mediterráneo con Italia, podrían generar unos beneficios de 1.000 millones de euros en 2030 pero el coste estimado de estos proyectos es mucho mayor ya que ascendería a cerca de 19.000 millones de euros, por lo que Tractebel concluye que la rentabilidad no se puede conseguir.
A este lío se suma también la queja de Portugal por el aislamiento a que le somete la decisión gasista de los reguladores español y francés y sorprende el silencio de la Comisión Europea.