Fuente: El Economista
A la espera del resultado del mes de junio, la factura de la luz encadenó en mayo su tercer ascenso consecutivo del año, convirtiéndola en la más alta de todo el 2021. Este progresivo ascenso nada tiene que ver con la nueva factura de la luz, que entró en vigor el pasado uno de junio. La clave está en el Covid-19.
El recibo de la luz del mes de mayo ha superado incluso, al de abril, cuando llegó a 62,56 euros, que había sido el más caro del año hasta la fecha. Según datos obtenidos por EFE del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), para un consumidor tipo -con una potencia contratada de 4,4 kilotavios y un consumo anual de 3.000 kilovatios hora (250 Kwh al mes), acogido a la tarifa regulada o PVPC-, el recibo de este mes será de 63,50 euros, un 1,5 % más caro que el de abril.
La subida que experimenta la factura de la luz es de un 37,95 % con respecto a 2020, si bien hay que tener en cuenta que en esa fecha el país todavía estaba bajo el estado de alarma y se mantenían restricciones que mantenían deprimidos la actividad económica y los precios de la electricidad. No obstante, el recibo es bastante más caro que el de mayo de los dos años anteriores, un 13,88 % más caro que el de 2019 y un 7,79 % superior al de 2018.
El precio del CO2 durante la pandemia del Covid-19
Los precios eléctricos se están encareciendo por el alza de los del gas, hidrocarburo que utilizan los ciclos combinados que tienen que entrar en el sistema cuando no hay suficiente energía renovable o nuclear para cubrir la demanda, y sobre todo, por los de los derechos de emisiones de CO2.
Estos siguen escalando y la media en mayo ha sido de 52,01 euros/tonelada; superando la de 45,22 euros/tonelada de abril; la de 40,87 euros/tonelada de marzo; la de 37,89 euros/tonelada en febrero y la de 33,43 euros/tonelada de enero, según SendeCO2 (Sistema Europeo de Negociación de CO2). Una escaldada de precios que contrastan con los que había hace un año, cuando todavía estaban vigentes las restricciones contra el coronavirus en gran parte de Europa, la media de mayo fue de 19,96 euros/tonelada.
Qué son los derechos de emisiones de CO2
Los derechos de emisiones de CO2 son una de los mecanismos de la UE para lograr la neutralidad de emisiones en 2050 y las empresas emisoras (centrales eléctricas, planta industriales y compañía aéreas) tienen que entregar suficientes derechos para cubrir las emisiones del año anterior, que, por una parte, se les asignan gratuitamente, pero si no les alcanza, los tienen que comprar.
En el caso de la electricidad, las centrales sujetas al comercio de emisiones son las de carbón (ya en desuso) y los ciclos combinados de gas, mientras que las que no emiten CO2 (renovables, hidráulicas y nucleares) no lo están. Al ser el mercado eléctrico marginalista, por el cual todas las tecnologías perciben el mismo precio que marca la última oferta que entra, que es la más cara y normalmente de un ciclo combinado, las empresas no emisoras cobran lo mismo pese a tener costes muy menores.