El doctor Ignacio J. Pérez-Arriaga, miembro de la Real Academia de Ingeniería, director de la Cátedra BP de Desarrollo Sostenible de la Universidad Pontificia de Comillas y profesor del Instituto Técnologico de Massachussets (MIT), es un inagotable investigador que ha conseguido combinar modelos sofisticados del sector eléctrico con la regulación y la economía. Reconoce que el modelo energético mundial se mueve inexorablemente hacia un mundo dominado por las renovables, y que las predicciones sobre el ritmo de implantación de las nuevas tecnologías se quedan cortas. Su vida se reduce a trabajar viajando por todos los continentes y con un pie en Estados Unidos y otro en Madrid, coopera en varios proyectos de electrificación en África además de su colaboración para la Florence School of Regulation, donde es director del Máster para reguladores europeos. ¿Cuáles son las grandes tendencias del sector energético mundial y cuál es el papel que va a tener la digitalización? En el sector eléctrico hay varias tendencias de varios tipos. Por un lado, vamos hacia una mayor integración. Por ejemplo, la Unión Europea ha creado una plataforma de trading entre todos los países miembros, pero algo parecido también se está formando en África, donde te encuentras con los powers pools, con mercados regionales como los del sur de África, los del centro o los del oeste, al igual que en la India y los países limítrofes o en Centroamérica, donde existe ya un mercado centroamericano. Es una tendencia que se está generalizando, hay una intención cada vez mayor de integrar mercados entre países cercanos. En el otro extremo está la proliferación de los recursos energéticos distribuidos. Me refiero a la respuesta inteligente de la demanda, a las señales de precios, a las baterías distribuidas, a la generación distribuida, que no solo es fotovoltaica, a los coches eléctricos conectados a las viviendas… Estamos viviendo la combinación de la revolución desde lo pequeño y la gran integración. En todos estos cambios, es importante destacar que el mix energético está evolucionando clarísimamente hacia las renovables. Las inversiones se están destinando a las renovables y al gas natural, que además se complementan bien. Las renovables porque hay un futuro evidente de descarbonización, y el gas natural porque es una tecnología puente si queremos descarbonizar el sistema eléctrico. El gas es necesario de momento durante unas décadas pero no puede formar parte del mix final. Fuente: El Periodico de la Energía
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