La Asociación de Empresas con Gran Consumo de Electricidad (Aege), que integra a algunos de los principales grupos industriales con actividad en España, ha realizado una petición para que los precios eléctricos españoles sean similares a los que pagan otras grandes compañías del sector en el extranjero.
Así lo solicitó Fernando Soto, director general de la patronal, en el encuentro convocado por el Club Español de la Energía, durante el que lamentó que, en la actualidad, algunos contratos a plazo marquen niveles hasta un 23 % superiores a los disponibles en Alemania.
«La industria electrointensiva necesita precios equiparables a los de sus competidores» internacionales, aseguró el responsable de la asociación, quien añadió que las industrias de Alemania disfrutan en algunos contratos de precios de unos 42 euros por megavatio hora (MWh), frente a los 52 euros por MWh en España, a pesar de que el país sufre «una crisis y una demanda eléctrica con valores similares a los de 2005».
El precio de la electricidad supone un factor clave para la industria, a la vista de que este coste supone cerca del 40 % del total para las grandes industrias y puede alcanzar hasta el 50 %. Por este motivo, se necesita una regulación que procure «un precio final competitivo», más aún cuando estas empresas son fuente de empleo e innovación, continuó su discurso Soto.
Asimismo, aludió a la insularidad eléctrica como uno de los factores que encarecen la factura, y a los impuestos eléctricos en vigor desde enero como un aspecto que «penaliza al consumidor industrial». «Hay que diseñar una política energética al servicio de la industria», en línea con el interés de la UE por que este sector alcance un peso del 20 % en el PIB, sostuvo.
Desde su perspectiva, «todos los países le dan un trato especial a sus industrias electrointensivas, lo que se traduce en precios más competitivos». Mientras en el caso de España el apoyo viene a través del servicio de interrumpibilidad, en el que las empresas se comprometen a detener su actividad en momentos críticos para el sistema eléctrico, lo que «mejora la eficiencia y ayuda a la integración de las renovables», matizó.
El responsable de Aege también se mostró a favor de este servicio de interrumpibilidad, con el que las industrias reciben cerca de 700 millones de euros al año, en un momento en el que la parte regulada de los costes eléctricos de las grandes compañías se ha duplicado en apenas cinco años.
Además, pidió a la UE que «vincule la política climática y energética a la competitividad industrial», ya que existe un riesgo de deslocalización de grandes empresas, lo que puede acabar provocando un efecto «muy dañino», al disparar las emisiones de CO2 en el mundo.