Fuente: Cinco Días
Si los particulares tienen dudas sobre qué coche comprar ante el proceso de descarbonización del transporte, las gasolineras llevan tiempo intentando cubrir todos los frentes para no verse pilladas por el toro antes de que despunte una demanda masiva hacia cualquiera de las nuevas alternativas tecnológicas que hay sobre el tapete: gas, coche eléctrico, hidrógeno, etc.
Aunque es probable que el borrador de la Ley de Transición Energética y Cambio Climático sufra algún cambio después de las elecciones, “la tendencia hacia estas energías es imparable”, apunta Víctor García Nebreda, secretario general de Aevecar (Agrupación de Vendedores al por Menor de Carburantes y Combustibles).
Pese a que las marcas de coches, las empresas de hidrocarburos y gasolineras creen en una convivencia de todas las tecnologías al menos durante la transición energética, el Ejecutivo, obcecado con el coche eléctrico, sigue dando pasos para que este sea el que se lleve el gato al agua.
Prueba de ello es que este anteproyecto obliga a las gasolineras que vendan igual o más de cinco millones de litros de combustible al año a implantar un punto de recarga eléctrica.
Los afectados hablan
“La futura ley debería fomentar mediante incentivos económicos la instalación en las estaciones de servicio donde existe viabilidad técnica y potencial de demanda en vez de obligar”, afirma Luis Aires, presidente de BP España, quien asegura que esto va contra el principio de libertad de empresa. “Porque ¿quién va a pagar inversiones que pueden no ser rentables?”, se pregunta. Máxime cuando “muchos estudios destacan que, para 2030, solo el 10% de los vehículos serán eléctricos”, avanza García Nebreda.
La medida afectaría, en principio, solo a 1.200 gasolineras, calcula la Agrupación de Vendedores al por Menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar), pero también establece la incorporación paulatina del resto aunque vendan menos.
“El volumen de venta no es el mejor criterio para seleccionar las estaciones de servicio”, dicen en Cepsa. Entre otras cosas porque “se necesitarían potencias muy superiores a los 22 kilovatios fijados en la ley para obtener tiempos de recarga asumibles”. Además, muchas gasolineras que tienen esas ventas “son mayoritariamente de camiones y otras no disponen del espacio suficiente”.
Y para recorridos de larga distancia, “la solución es la recarga ultrarrápida, lo que requiere una inversión de más de un millón de euros por estación”. “Hacer una recarga para hacer 600 km, en 10 minutos, precisa una potencia en el poste que costaría unos 50.000 euros al año. Es decir, ocho veces más potencia que la actual”, resaltan en Cepsa.
Hoy “la infraestructura de distribución eléctrica es insuficiente en carretera para estas potencias, por lo que habría que considerar la conexión a otro punto de la red, que supondría un coste adicional de más de un millón de euros por gasolinera”, aclaran.
Otro de los escollos que afectan, sobre todo a las de menor tamaño, es el impuesto de actividades económicas (IAE). Y es que se ven obligadas a pagar diferentes IAE por cada actividad (venta de pan, lavado de coches, etc.). “Y este sería uno mas”, puntualizan.
Se da la circunstancia de que algunas están regalando la recarga para no hacer frente a este impuesto, “porque no ingresan más de 100 euros al año”, cuentan en la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees).
Los planes
Con todo, las estaciones de servicio están haciendo los deberes. Repsol ya cuenta con 30 puntos de recarga rápida, gracias a su participación en Ibil, empresa que ofrece un servicio de recarga integral 100% renovable, y que tiene 1.700 puntos operativos en garajes, empresas, parkings o centros comerciales.
En 2018 entró en la empresa americana Ample, que trabaja en la implantación de robótica autónoma permitiendo la carga en pocos minutos. “Una solución viable en el medio plazo que permitirá el acceso a la movilidad eléctrica a los usuarios al margen de su economía o situación geográfica”, aseguran en la entidad.
Además de apostar por el carsharing, junto a Kia en Madrid, o en la fabricación de escúteres eléctricos, también se ha volcado en el autogás o gas licuado de petróleo, donde dispone de 400 puntos de suministro.
Cepsa ha previsto instalar 100 puntos de recarga ultrarrápida en dos años en España y Portugal, gracias a su alianza con Ionity, red de carga europea impulsada por BMW, Daimler, Ford, Volkswagen, Audi y Porsche. Los primeros puntos estarán operativos en los próximos meses.
Los dispositivos de Ionity tienen una capacidad de 350 kW, es decir, siete veces más rápido que el cargador habitual, lo que permite recorrer largas distancias.
En BP apuestan por las soluciones integrales. “Seremos un integrador eléctrico que ofrecerá la carga en casa, el trabajo, en nuestras gasolineras”, cuenta Aires. Para ello, en 2018 ha comprado Chargemaster, líder del mercado británico con más de 6.500 puntos.
Actualmente desarrolla una tecnología ultrarrápida, de 350 kW de potencia, que permita cargar el eléctrico en el mismo tiempo que se tarda en echar gasolina. De momento, tienen proyectos piloto en Alemania y China.
Tiene 40 participaciones en diversas startups que desarrollan tecnologías con aplicación en distintas energías. Y realiza inversiones anuales de más de 500 millones de dólares en proyectos de bajo carbono.
Jorge de Benito: “Las gasolineras que suministran electricidad están perdiendo dinero”
Desde 2016 es presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees), pero ya llevaba la experiencia puesta tras 15 años al frente de Ceees Cantabria y de desempeñar puestos ejecutivos en CEOE-Cepyme y la Cámara de Comercio. Licenciado en Económicas y Empresariales, De Benito es también titulado en Control y Gestión de Finanzas por IE Business School y profesor en el Centro Universitario Cesine.
P. ¿Cuál es la tecnología más viable hoy para la descarbonización?
R. Apostamos por la eficiencia y la descarbonización del parque móvil y de la economía, pero no podemos pasar de 0 a 100 en un segundo, hay que trazar una hoja de ruta consensuada y consecuente con la tecnología disponible. Hemos solicitado nuestra inclusión en la Mesa de la Movilidad que prepara Industria, pero no han contestado.
P. ¿Qué medidas debería tomar el Gobierno para facilitar el cambio al eléctrico?
R. Existen tres dificultades a solucionar. Baja o nula demanda y de rentabilidad, y plazos muy largos de retorno de la inversión. Además, hay que incrementar el término de potencia para dar respuesta a las necesidades de los cargadores, cuyo coste hoy es inasumible. No solo hay que incentivar la compra del eléctrico, sino también la instalación. Las exenciones fiscales ayudarían a mejorar la red.
P. ¿Cuándo habrá demanda suficiente para poder vivir del eléctrico?
R. Al día de hoy no es negocio y la prueba es que las estaciones de servicio que ya cuentan con puntos de recarga actualmente están perdiendo dinero con su explotación.
P. ¿Cómo serán las gasolineras del futuro?
R. El futuro será multienergético y las gasolineras tendrán un amplio abanico de productos: gas natural, gasolina, gasóleo, hidrógeno, electricidad y quizá otras energías que aún hoy ni sospechamos.