Fuente: El Periodico de la Energía
Las empresas energéticas saben que el proceso de transformación del sector hacia una economía descarbonizada está en marcha y no quieren perder ese tren. Por eso, consideran necesario que haya unas políticas adecuadas para realizar ese camino “que lo hagan de la forma más armoniosa posible, permitiendo conciliar los objetivos en ámbitos tan relevantes como la seguridad de suministro, la competitividad empresarial y económica y la sostenibilidad medioambiental”.
Esa es una de las líneas principales que ha destacado el presidente de Enagás y de la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (Funseam), Antonio Llardén, durante la presentación del libro “Desafíos del sector energético: un enfoque sectorial”, en Enerclub, y que recoge las conclusiones y ponencias del último Simposio Internacional Empresarial Funseam. Llardén ha afirmado que el sector energético “está absolutamente comprometido” con la transición energética e importantes compañías han hecho cambios en sus planes estratégicos para adaptarse a un marco diferente.
Por parte de la compañía gasística Enagás, ha señalado que en esta etapa de transición energética está poniendo entre sus objetivos en el desarrollo de las renovables no eléctricas, como los biometanos o el gas natural licuado para grandes buques, unas cuestiones que hace cuatro años eran “temas de I+D puros”. También ha reconocido que la transición energética es un proceso “absolutamente imparable” y ha añadido que no es algo fácil, pues hay que encontrar un camino para que, cumpliendo los objetivos marcados por la UE y España, se mantenga una eficiencia en los costes, la seguridad del suministro y los consumidores paguen los menores precios posibles.
Sin embargo, el proceso es irreversible y que, por ejemplo, China ha incrementado su consumo de gas porque está cerrando generación por carbón.
El estudio se divide en tres retos: el del sector de la electricidad, el de los hidrocarburos líquidos y el de los hidrocarburos gaseosos, además de dar una importante relevancia al futuro energético en Latinoamérica, “el ámbito estratégico para las empresas españolas por los objetivos de demanda que tienen a medio y largo plazo”, ha explicado también Joan Batalla, director general de FUNSEAM, “la previsión es de mucho crecimiento, y con la incorporación de las medidas de transición energética también en estos países, se abre un amplio abanico de posibilidades”.
Para los investigadores, “la electrificación es una de las grandes palancas que tiene el sector energético para descarbonizar la economía. Las redes inteligentes están llamadas a desempeñar un papel destacado en la medida en que la digitalización de las redes y la interacción de éstas con los clientes eléctricos, no solo permiten una gestión más eficiente del sistema eléctrico, sino que otorgan un mayor empoderamiento al consumidor”.
También reconocen que “es posible que el despliegue tecnológico se pueda producir en ámbitos como el almacenamiento, la fotovoltaica o el autoconsumo, por eso el sector debe estar preparado para adaptarse a la nueva tecnología”, y por tanto, advierte de la necesidad de un cambio en el mercado que ofrezca unas señales correctas a la inversión, además de permitir una mayor interacción con los consumidores