Fuente: Expansión
Las fuentes de energía limpia dieron en 2019 un paso de gigante en el escarpado e ineludible camino hacia un futuro más sostenible. Según confirma el informe ‘El sistema eléctrico español’, dado a conocer esta semana por Red Eléctrica de España (REE), el año pasado el 50,1% de la potencia instalada nacional (un total de 110.376 MW -un 6% más respecto a 2018-) correspondió a instalaciones ‘verdes’ (55.349 MW), que sobrepasaron por primera vez desde que existen registros estadísticos a las tecnologías no renovables (55.028 MW).
A 31 de diciembre de 2019, el parque generador no contaminante había aumentado dentro de nuestras fronteras un 13,9% respecto al ejercicio inmediatamente anterior, un incremento en el que mucho tuvo que ver la entrada en servicio de multitud de parques solares fotovoltaicos (con una espectacular subida del 89,2%), eólicos (9,6%) y del grupo denominado «otras renovables» (22,8%). En el otro lado de la balanza, la presencia de sus contrarias disminuyó un 0,8%, una caída que hunde sus raíces en la desaparición de centrales de carbón (-3,5%) como la térmica de Anllares -con la que se restan 347 MW- y el descenso experimentado por el fuel/gas (-1,7%) y la cogeneración (-0,9 %).
A pesar de este frenesí de nuevos MW ‘verdes’, su cuota de generación sobre el total peninsular se situó en el 38,9%, porcentaje ligeramente inferior al 40,2% del año anterior y aún lejos del récord de 2014 (42,3%). La principal culpable de esta bajada fue la hidráulica, que tras el imponente ascenso que se anotó en 2018, se precipitó un 27,6%. Como contrapartida, las no renovables aumentaron su participación al 61,1%, sobreponiéndose al declive experimentado por el carbón (-66%).
La primera fuente del mix eléctrico siguió siendo la nuclear, que aportó un 21,1% del total nacional (55.824 GWh, un 4,9% más). La eólica se alzó, por cuarto año consecutivo, como la segunda en el ránking a nivel peninsular (acaparando un 21,5 % de la producción), pero fue la tercera en la clasificación general (54.238 GWh, un 20,5%) superada por los ciclos combinados (55.239 GWh, 20,9%) que se dispararon un 83,9% respecto a los datos recogidos en el anterior informe. Completan el ‘top 5’ la cogeneración (29.614 GWh, 11,2%) y, a pesar de todo, la hidráulica (24.712 GWh, 9,3%). Mención aparte merece la solar fotovoltaica que, tras casi duplicar su presencia en el territorio peninsular, acrecentó su producción un 19% y generó un 3,5% del total.
Por su parte, la demanda cambió de tendencia por primera vez desde 2014 y presentó un descenso del 1,6%, hasta alcanzar los 264.635 GWh. Por sectores, tan solo la industria ha tenido una variación negativa (-3,9%), pero dado su importante peso ha condicionado la evolución del conjunto .
El impulso a la descarbonización favoreció el descenso de las emisiones contaminantes derivadas de la actividad eléctrica, que marcaron un mínimo histórico desde que se tienen registros (1990): 50 millones de toneladas de CO2, un 23% menos. En cuanto al precio medio final de la energía en el mercado fue un 17,0% inferior al del año anterior.