Fuente: Expansión
Endesa, Naturgy y EDP reclaman que el cierre del carbón preceda al apagón nuclear, para que la transición energética respete los objetivos de reducción de emisiones y la demanda de los mercados.
Las grandes eléctricas dibujan su propia visión del proceso de transición energética: un escenario que priorice los objetivos de descarbonización, la reducción de las emisiones y la realidad de los mercados. Las compañías creen que el apagón de las nucleares debería llegar sólo tras el cierre de todas aquellas energías que generan emisiones contaminantes.
De esta forma, sitúan el foco a corto plazo sobre las centrales de carbón, responsables de un alto porcentaje de emisiones de CO2. En esta línea se expresaron representantes de Naturgy,Iberdrola, Endesa,EDP y Viesgo en el XIII Encuentro del Sector Eléctrico, organizado por EXPANSIÓN con el patrocinio de Naturgy y Clifford Chance.
«Sólo se debería cerrar algo que no emite si estamos seguros de que podemos sustituirlo por algo que tampoco contamina», aseguró José Casas, director general de relaciones institucionales y regulación de Endesa. Por lo tanto, pidió que se ordenen los tipos de generación de más a menos contaminantes para priorizar la reducción de emisiones y no poner en riesgo la seguridad de suministro.
Además, las eléctricas consideran que es una decisión que no debe imponerse, sino que ha de venir dada por el mercado. «Lo natural es que las centrales de carbón se cierren cuando el mercado no justifique que sigan funcionando», afirmó RuiTeixeira, CEO deEDPEspaña.
«La generación nuclear es razonablemente competitiva y eficiente, y no ha dado problemas en España», añadió José Luis Gil, director de clientes y mercados de Naturgy. Sin embargo, reconoció que su capacidad no puede ser regulada, por lo tanto su compatibilidad es baja con las renovables, base de «un mercado sostenible», como matizó Jaime Almenar, socio responsable de Clifford Chance.
En el plano normativo, «nos falta en España una política estable y un plan consolidado que evite cambios entre gobiernos», apuntó Patxi Calleja, director de regulación deIberdrola. Del mismo modo, «la planificación debe enfocarse en simplificar procedimientos y enviar señales claras al mercado», agregó Francisco Rodríguez, director general de generación, regulación y relaciones institucionales de Viesgo.
En un entorno de generación cada vez más descentralizado, «la red de distribución es la piedra angular sobre la que se asienta la satisfacción del consumidor», aseveró Marina Serrano, presidenta de Aelec, patronal de las principales eléctricas españolas. Por otro lado, «tenemos que continuar con sistemas flexibles de generación de apoyo, como los ciclos combinados de gas y otras tecnologías», opinó Carmen Becerril, presidenta de Omel, operador del mercado ibérico de energía.
Petroleras y comercializadoras independientes, al acecho
En los últimos años, el sector eléctrico español ha visto la irrupción de nuevos actores: petroleras y comercializadoras independientes. Ambas llegan de la mano de la digitalización y las segundas apuestan por un modelo de energía verde, al que suman los intangibles y un trato al consumidor muy cuidado, un aspecto con el que quieren distinguirse de los grandes incumbentes del sector.
De hecho, las sinergias entre los modelos ya se han activado. Es el caso de la petrolera Galp, que adquirió el 25% de Podo Energía. Este tipo de movimientos han agitado el mercado y aumentado la competitividad del sector, como reconocieron los expertos durante la jornada que organizó EXPANSIÓN y patrocinaron Naturgy y Clifford Chance.
«Lo que lleva al sector petrolero hacia el eléctrico es el cambio hacia la electrificación y la visión de cliente único», aseguró Miguel Gil, director general de negocio de Galp Energía. Desde la compañía, aspiran a una integración con mayor dinamismo con el consumidor, de cara a proporcionarle mayor sencillez en su oferta.
La entrada de nuevos actores es compleja en un sector muy regulado como el eléctrico. En este contexto, las petroleras comparten visión respecto al consumidor. «La aspiración es que el cliente esté contento y así poder fidelizarlo», precisó Juan Manuel García Horrillo, director de gas y electricidad de Cepsa. Además, la apuesta se inspira en el potencial del vehículo eléctrico, que aumentará el consumo de electricidad en el hogar, según prevén en Cepsa.
Por el lado de las comercializadoras independientes, cuentan con la innovación y un enfoque novedoso como su principal valor. «El consumidor no sabe de energía, lo que quiere es confiar en su compañía eléctrica y estar tranquilo», comentó Oriol Vila, cofundador y consejero delegado deHolaluz, que se centra en la comercialización de energía verde.
Además, Vila valoró de forma positiva la entrada de las petroleras:»Cuantos más seamos, más contribuiremos a que haya cambios y dinanismo en el sector».
«Desde el principio, el pilar de nuestro plan de negocio era apalancarnos en la tecnología para dar un servicio integral a nuestros clientes: su satisfacción es lo que nos dará sostenibilidad en el futuro», manifestó Jorge Capilla, director general de PodoEnergía. «Nuestra preocupación es diferenciarnos de las grandes compañías con las que competimos, para lo que nos apoyamos en intangibles», argumentó Isabel Reija, CEO de FeníeEnergía. La empresa tiene su origen en la asociación de técnicos de instalaciones eléctricas y cuenta con más de 3.000 accionistas.
La CNMC está «preparada» para fijar peajes
Ayer, los periodistas se apiñaban en torno al presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, como hasta ahora lo habían hecho a finales de cada año alrededor del ministro de Energía para preguntarle si va a subir la luz. El Gobierno ultima un real decreto ley que trasladará al regulador la potestad para establecer los peajes eléctricos, esto es, la parte regulada del recibo. Marín Quemada explicó que primero se debe aprobar la norma. Luego vendrá la decisión de la CNMC. «Nosotros ya estamos preparados para adoptarla en cualquier momento», dijo. A falta de intervencionismo político en el recibo, su objetivo será el estricto control de costes. «La transición no puede ir acompañada de un programa de inversiones que se traduzca en aumentos de peajes. La factura eléctrica no lo aguanta todo», advirtió. La retribución debe ser adecuada, pero «las cosas se amortizan una vez y no varias». Su nueva consigna: «Siempre al menor coste para el consumidor».