El comisario de Energía de la UE, Günther Oettinger, anunció que está trabajando en un plan para que Ucrania pueda saldar las deudas por el consumo de gas ruso y aseguró que las amenazas de Moscú de interrumpir el suministro son parte de una «partida de póquer».
«No hay ningún motivo para el pánico», señaló Oettinger en una entrevista con la emisora austríaca ORF, en la que se refirió a un plan internacional para ayudar a Ucrania a pagar lo que debe.
«Estoy preparando una solución que será parte del paquete de ayuda a Ucrania del Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Mundial, y que hará posible el pago de facturas pendientes», señaló el político alemán.
El comisario indicó que se está en contacto con Ucrania y su compañía de gas para lograr «que el país siga siendo solvente» y sus deudas no crezcan.
«Creo que para eso tenemos que encontrar soluciones en las próximas semanas», señaló el comisario, quien recordó que el lunes se reunirán los ministros de Energía y de Exteriores de la UE.
El comisario dijo que se está trabajando para calcular las deudas estatales y los fondos que el país necesita de forma inmediata, pero argumentó que el proceso puede llevar un tiempo y debe hacerse con controles.
«En las democracias va un poco más lento que en Moscú», dijo el comisario
Oettinger reconoció que los gasoductos que pasan por Ucrania son necesarios para garantizar un buen suministro de gas ruso en la Unión Europea, pero rechazó que haya motivos para preocuparse tras las advertencias de Moscú de que los impagos de Kiev pueden afectar al suministro a Europa.
«Los rusos quieren distribuir gas porque quieren vender gas y ganar dinero», señaló el comisario.
El funcionario comunitario opinó que no pueden tomarse las amenazas rusas al pie de la letra y opinó que la advertencia formulada ayer por el presidente ruso, Vladímir Putin, es parte de una partida de póquer» y recordó que Europa sigue siendo el mejor mercado para el gas ruso.
Oettinger insistió en que parte de las facturas reclamadas por Rusia no son correctas y que se pagará «no según los cálculos de Vladímir Putin sino de lo que es contractualmente correcto».