Fuente: El Periodico de la Energía
La transición ecológica avanza de forma imparable. Y el escenario que dibuja – caracterizado por la integración masiva de renovables, los nuevos segmentos de demanda y generación, los nuevos mecanismos de almacenamiento y por un consumidor con un papel más activo – plantea retos que solo se podrán afrontar con éxito si se cuenta con un sistema eléctrico más eficiente y sostenible. Y en este contexto, las redes eléctricas juegan un papel esencial.
Nadie duda ya de que sin red no habrá transición ecológica. Pero no solo harán falta más kilómetros de red. También será necesario incorporar a las redes una mayor inteligencia y digitalización que refuercen aún más su flexibilidad y su resiliencia.
Red Eléctrica ya lleva tiempo trabajando en este camino a través de su apuesta por la innovación tecnológica, incorporando soluciones digitales a sus infraestructuras. Entre estas actuaciones, destacan las enfocadas en las subestaciones eléctricas, puntos neurálgicos de la red y activos imprescindibles para que este proceso de transición energética se complete con éxito.
En concreto, Red Eléctrica está trabajando en el desarrollo de la llamada ‘subestación digital’, un nuevo concepto de subestación cuya piedra angular es la implementación de nuevos sistemas de automatización y comunicación por fibra óptica. Este giro digital se traduce en el aumento de su productividad, su funcionalidad y su fiabilidad y también en el refuerzo de la seguridad de los profesionales que trabajan en las instalaciones. Además, conlleva una mayor eficiencia técnica y económica y la reducción de la huella de carbono como consecuencia de la eliminación del extenso cableado de cobre, la reducción del tamaño de los equipos y la optimización del mantenimiento, la obra civil y el uso de materiales.
El eje principal de la subestación digital es la digitalización de las comunicaciones, la gestión de la información a través de redes de datos de fibra óptica y el desarrollo de la ingeniería de detalle y de telecontrol. Todo ello bajo un nuevo estándar de comunicación, el sistema automático 61850, que garantiza la interoperabilidad entre los diferentes equipos eléctricos y los sistemas de mando y control, ganando en eficiencia.
Este nuevo protocolo – la norma de la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) 61850 – establece la implementación de soluciones que aseguran esta interoperabilidad, es decir, la capacidad de intercambiar información entre equipos de diferentes fabricantes mediante la definición de un lenguaje común y de un modelo de datos y de servicios de comunicación estandarizados que posibilitan la creación de un sistema automático de protección, diagnóstico, monitorización y telecontrol.