Desde 2008, el desarrollo de la energía eólica se ha más que duplicado, aproximándose a los 300 gigavatios (GW) instalados acumulados a día de hoy. Lidera la carrera eólica China, con 75 gigas, seguida de los Estados Unidos, con 60, y Alemania, con 31 (España ronda los 23.000 megavatios, 23 gigas).
Son algunos de los datos que incluye la última Ruta de la Energía Eólica que ha publicado la International Energy Agency (IEA). Según ese documento, que la agencia publicó en Pekín hace unas semanas, la energía eólica, que satisface aproximadamente el 2,5% de la demanda eléctrica global, alcanza sus cuotas más elevadas en Dinamarca, donde produce hasta el 30% del total de la electricidad que consume el país; Portugal (20%) y España, donde aproximadamente el 18% de los kilovatios que consumimos los trae el viento. Según la edición 2013 del Wind Energy Roadmap de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las políticas de apoyo han sido claves a la hora de estimular este tremendo desarrollo.
Entre 60 y 130 dólares el megavatio hora
La evolución que ha experimentado la tecnología a lo largo del último quinquenio ha sido otro de los factores clave del incremento de la productividad eólica, «especialmente en localizaciones con bajo recurso eólico». Otro éxito del sector ha sido la reducción de los costes de operación y mantenimiento. Según la Ruta de la Energía Eólica 2013, el rango del coste de la generación eólica terrestre oscila actualmente, en la mayoría de las localizaciones, entre los 60 y los 130 dólares estadounidenses por megavatio hora. Así, la eólica puede ser competitiva -añade el documento- «allí donde los recursos eólicos son fuertes y las condiciones de financiación son favorables, no obstante lo cual todavía requiere de apoyo en muchos países». Por otro lado, explica el documento de la AIE, los costes de la tecnología eólica marina han empezado a estabilizarse tras una larga década a lo largo de la cual no habían cesado de incrementarse. Eso sí: continúan estando más altos que los de la eólica terrestre.