La energía nuclear generó el 20,5 por ciento de la electricidad en España en 2014, lo que representa un 0,8 por ciento más que el año anterior, según datos de UNESA anunciados este martes en la Jornada de Experiencias Operativas de las Centrales Nucleares en el pasado ejercicio que organiza desde hace 26 años la Sociedad Nuclear Española (SNE).
Así, el presidente de la SNE, Francisco López, ha destacado que las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción eléctrica se redujeron cerca de un 4 por ciento lo que supone que «casi el 65 por ciento de la producción energética en España se genera libre de CO2» frente a la media europea del 50 por ciento. De este porcentaje casi un tercio es de origen nuclear.
Del total de las energías libres de emisiones, la nuclear aporta el 35%; la eólica un 31%, la hidráulica el 26%, la solar fotovoltaica el 5 por ciento y la solar térmica un 3%.
En este año pasado la demanda de electricidad cayó un 1,6 por ciento, algo menos que el 2,2 por ciento del año anterior, lo que representa un consumo equivalente al de hace diez años. A su juicio, esto es fruto de la crisis energética y del aumento de la eficiencia energética. «La reducción de la demanda ha tocado fondo y se prevé un ligero repunte este año», ha indicado.
López ha señalado que cada central nuclear, de las ocho que hay en España, estuvo conectada a la red una media de 7.865 horas, lo que supone que tuvieron un factor de operación cercano al 90 por ciento (89,74 por ciento) y ha subrayado que cada reactor realiza inversiones de unos 40 millones de euros al año, lo que permite dar «fiabilidad, buena gestión, inversiones, modernización y mantenimiento riguroso».
En este sentido, ha incidido en que tras la aprobación de la nueva Ley de Medidas fiscales, el Gobierno grava la producción nuclear con un 7% y también el combustible gastado, lo que genera que las centrales aportan 1.000 millones de euros al año en impuestos.
Por ello, ha reclamado un marco regulatorio largo y predecible para que el sector pueda programar sus inversiones y defiende la operación de las centrales a largo plazo porque es «acorde con la tendencia internacional». «Las nuevas centrales hoy se diseñan para al menos 60 años de vida», ha comentado.
En este contexto, el vicepresidente de la SNE, José Ramón Torralbo, –que será elegido presidente en la tarde de este martes– ha añadido que «todas las centrales» están en disposición de alargar su vida operativa, debido al proceso de mejora continua y modernización de sus instalaciones y porque la tecnología nuclear es «fiable, competitiva e independiente» de otros factores externos y porque favorece la competitividad de España en el exterior.
Garoña
Entre los asuntos nucleares más destacados del 2014, Torralbo se ha referido a la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), de la que ha recordado que ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear que evalúe si puede volver a generar electricidad o no hasta 2031.
En concreto, ha recordado que los informes del regulador atómico de 2009 señalaron que la central estaba en condiciones de operar diez años más y ha asegurado que sus condiciones operativas y de funcionamiento «están intactas» ahora que la central lleva algo más de dos años sin producir electricidad.
«Está (la decisión) en manos del CSN que es soberano en cuanto a los requisitos e información que ha pedido y que pueda pedir», ha dicho Torralbo, también presidente del Consejo de Administración de Nuclenor –titular de Garoña–.
Asimismo, ha asegurado que si la central no hubiera parado seguiría «en las mismas condiciones de conservación y técnicas» y ha insistido en que los márgenes de seguridad se han incrementado por lo que cuando termine todo el proceso «Garoña estará aún en mejores condiciones».
Torralbo ha agregado que en este ejercicio se ha realizado un «esfuerzo» profesional y económico muy alto pero que «no puede ser indefinido», por lo que ha deseado «que se agilice» el proceso para saber si la planta podrá volver a operar o no.
ATC, en plazo
Respecto a la construcción del almacén temporal centralizado, tanto el presidente como su sucesor han afirmado que la instalación cuenta con los máximos niveles de seguridad y que «es cuestión de tecnología» e ingeniería garantizar la seguridad en un emplazamiento concreto, por lo que no creen que se vaya a producir un cambio de ubicación del proyecto.
«En cada emplazamiento se hace un análisis de riesgos y el ATC se diseña con niveles de seguridad altísimos para asegurar el emplazamiento. Me consta que va a ser así y podemos estar tranquilos (con la elección de Villar de Cañas. No creo que se produzcan cambios de emplazamiento. Es cuestión de tecnología», ha puntualizado Torralbo.