España es uno de los estados de la UE donde más se ha encarecido el gas natural para los hogares durante los años de crisis, posición que comparte con territorios como Bulgaria, Estonia, Lituania, Croacia, Italia o Portugal, según un reciente informe de la Comisión Europea. El recibo del gas natural, con más de siete millones de usuarios en todo el país, se incrementó un 39,5% entre 2008 y 2012, de acuerdo con esas cuentas.
Tales datos aparecen en uno de los documentos de trabajo que el ejecutivo comunitario ha remitido a otros órganos de la UE (Consejo Europeo, Parlamento Europeo y Comité de las Regiones) dentro del proceso de revisión de la política industrial y medioambiental de la comunidad. La información deja ver cómo España es uno de los territorios donde los precios de la energía para los hogares se han encarecido de una forma más intensa en los últimos años. El informe subraya que la electricidad ha subido «abruptamente» en España para las familias, con incrementos que la Comisión calcula en el 46,1% durante un lustro. Pero las autoridades comunitarias exponen que la escalada de tarifas alcanzó también al gas natural, cuyo precio se ha situado un 15% por encima de la media europea.
Bruselas mete a España dentro de un grupo de países donde la subida del gas superó el 30% desde 2008.
Esta relación la completan Bulgaria, Estonia, Italia, Hungría y Portugal. Por encima aparecen Lituania y Croacia, con incrementos superiores al 60%, si bien los precios en estos lugares son más bajos que en España en términos absolutos, como lo es también la renta de los hogares y su capacidad de compra.
En el extremo contrario sobresale lo ocurrido en Alemania, Hungría y Rumanía, donde el gas natural se abarató para los consumidores domésticos. En Alemania ocurrió de ese modo al descender en los años citados todos los costes que componen el precio del gas: el de la energía consumida, el de las infraestructuras y los impuestos.
En España subieron todos esos costes, pero la Comisión Europea pone el acento en el impacto de los incrementos tributarios (las subidas del IVA aprobadas en 2010 y 2012) y en la carestía de las redes. Esto es, como en el caso de la electricidad, la escalada del recibo del gas natural llegó sobre todo por el lado de la parte regulada, la que fija la Administración para retribuir a las empresas por el funcionamiento de las infraestructuras: gasoductos de transporte, redes de distribución, plantas de regasificación, almacenamientos subterráneos… Las enormes inversiones que se hicieron en el sistema gasista en la época de bonanza y que están por amortizar sobrecargan los costes del sistema, que han llevado al Gobierno a parar la entrada en servicio de varios proyectos.