El lehendakari Iñigo Urkullu, instó ayer al ministro de Industria, José Manuel Soria, a que tome medidas para «paliar el impacto negativo» que en su opinión tendrá la reforma energética que prepara y que podría «lastrar» el futuro del sector siderúrgico vasco. Durante una visita a la planta que la empresa Gerdau posee en Basauri (Bizkaia), uno de los referentes del sector en Euskadi, Urkullu aseguró que no permitirá que la citada reforma «aboque al cierre» a empresas del sector. Recordó que las medidas planteadas en la modificación legal que prepara el Ejecutivo de Rajoy supone un incremento de hasta el 20% en los costes energéticos de la industria, con lo que se pone en peligro en muchos casos la viabilidad de algunas de ellas.
Urkullu recordó que la Industria es el motor sobre el que se cimenta la economía vasca y en la que confía para consolidar la recuperación económica que augura para el próximo año. Una salida de la crisis que podría complicarse si finalmente se aplica la reforma eléctrica anunciada y que afectaría directamente a algunas de las empresas industriales de mayor nivel del País Vasco, que concentra el 40% del sector.
En la visita, en la que también participó la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, el lehendakari puso como ejemplo la empresa Gerdau –antigua Sidernor–, líder en la producción de acero en Latinoamérica y Norteamérica y de la que dependen 10.000 familias. Su consejero delegado, José Antonio Jainaga, también se refirió a los efectos de la reforma eléctrica. Aseguró que de aprobarse tendrá efectos «dramáticos» sobre el sector «no pedimos limosnas ni subvenciones, sólo poder competir en igualdad de oportunidades», ha señalado y «un poco de sentido común».