Fuente: Expansión
Las eléctricas vuelven a reunirse hoy por enésima vez para intentar un acuerdo de renovación de las centrales, pero van a la cita con fuertes diferencias y las espadas en alto.
Iberdrola y Naturgy rechazan rotundamente ceder a Endesa las centrales nucleares para que sea esta compañía la que las opere en solitario hasta su desmantelamiento. Y mucho menos hacerlo de forma gratuita. Así lo aseguraron ayer fuentes cercanas a Iberdrola y Naturgy.
Es el último capítulo de la pugna que mantienen las tres grandes eléctricas ante el apagón nuclear. Aunque a comienzos de este mes las empresas firmaron un protocolo para un cierre ordenado de las nucleares entre 2027 y 2035, ahora no consiguen ponerse de acuerdo en los detalles de cómo pedir los permisos de funcionamiento adicionales que necesita cada instalación hasta su cierre.
Iberdrola y Naturgy quieren condicionar esa solicitud a un máximo de inversión para el mantenimiento de las centrales, para asegurar su rentabilidad. Endesa no quiere imponer ningún tope porque considera que con las inversiones habituales las centrales sí son rentables y poner topes es solo una maniobra de las otras empresas para cerrar anticipadamente las centrales.
Traspaso o arbitraje
Ante el bloqueo, se han empezado a sondear distintos escenarios. Uno de ellos es que Endesa se quede operando en solitario las centrales asumiendo la participación de las otras siempre y cuando, llegada la hora del desmantelamiento de la central, cada eléctrica asuma el coste correspondiente a los años que la ha disfrutado. Las eléctricas también han empezado a analizar el escenario de acudir a un arbitraje.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, que ayer participó en una conferencia sobre energías renovables organizadas por Banco Sabadell y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), confirmó que esta eléctrica ha llegado a plantear a Iberdrola y Naturgy que le cedan su participación en las centrales atómicas, tal como adelantó ayer EXPANSIÓN en su segunda edición.
«Si no les interesa seguir y nosotros creemos que podemos seguir, nos quedamos con su parte», dijo Bogas, en referencia a la central de Almaraz. Fuentes cercanas a las eléctricas indican que esto es extensible al resto de centrales.
El propio Bogas, no obstante, admitió que es difícil pensar que esto vaya a ocurrir, y defendió la búsqueda de un acuerdo amistoso. «Llegaremos a un acuerdo absolutamente razonable y en base a lo que es el protocolo, que es lo que queremos». Las espadas, sin embargo, siguen en alto. En las sucesivas reuniones que han tenido las eléctricas en las últimas semanas, en lugar de limar asperezas, éstas se han incrementado. Hoy, se vuelve a reunir la junta de socios de Almaraz, donde se ven las caras Iberdrola, Endesa y Naturgy. Esta central, en Cáceres, es la primera que se enfrenta al posible desmantelamiento.
La de hoy es la quinta reunión de socios desde diciembre para intentar sellar un acuerdo para pedir la renovación de la autorización de explotación (hasta noviembre de 2027 en el caso del reactor I y hasta octubre de 2028 en el caso del reactor II).
Se produce tras el fracaso de la reunión mantenida hace apenas dos días para la central de Almaraz -el martes de esta semana- en un junta que se prolongó toda la tarde y duró hasta casi la media noche.
Como si de una réplica se tratara, lo mismo está ocurriendo con la junta de la central nuclear Vandellós II, de Tarragona, donde son socios Endesa e Iberdrola, y que también fue infructuosa ayer.
Dos meses más
La fecha tope para llegar a un acuerdo y pedir la autorización de explotación -a riesgo de sufrir una multa si no se hace- es el próximo 31 de marzo. Pero ante la dificultad de llegar a un acuerdo, las empresas están buscando resquicios legales para estirar los plazos.
Aunque sobre el papel la fecha tope es finales de este mes, técnicamente hay posibilidad de dilatar la presentación de la solicitud hasta dos meses, explican los expertos del sector. Para ello, explican otras fuentes, las empresas tendrían que ponerse de acuerdo, a su vez, en pedir una prórroga para formalizar la solicitud de autorización de explotación de cada central. En el caso de las centrales de Almaraz y Vandellós, que van prácticamente en paralelo, la flexibilidad en el plazo podría llegar a dos meses, es decir, hasta finales de mayo o comienzos de junio.
La discordia: 7 euros de margen y 1 de inversión
La disputa de Iberdrola y Narturgy frente a Endesa en nucleares es simple. Es cuestión de números muy básicos. La discordia se refiere a la inversión y el margen operativo que son aceptables para cada uno. Iberdrola y Naturgy quieren ajustar la inversión a 2,5 euros por megavatio hora (MWh) producido (con un 15% de desvío tope), frente a 3,5 euros de Endesa. Un euro de diferencia. Aunque las cifras para Almaraz son extrapolables al conjunto de la producción nuclear (55 millones de MWh al año). En total, 55 millones de inversión de discrepancia al año (660 millones por los 12 años que, de media, seguirá funcionando el parque nuclear). Según las actas de las juntas, a las que ha tenido acceso EXPANSIÓN, Endesa defiende que invirtiendo 3,5 euros por MWh, las nucleares son rentables. Incluyendo tasas (del 7% a la producción que se va a volver a aplicar y el incremento tope del 20% de la tasa a Enresa por desmantelar centrales), el coste del MWh nuclear sería de 44 euros, lo que permitiría 7 euros de margen bruto con el escenario previsto de 51 euros en el mercado mayorista eléctrico. En total, 385 millones de margen al año para todo el parque nuclear (4.650 millones en doce años).