El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, pidió una «respuesta de financiación conjunta» respecto al coste de las interconexiones energéticas a nivel europeo, así como establecer «objetivos comunes» en lugar de individuales en materia de emisiones de CO2.
Así lo señaló Nadal durante su intervención en la presentación del World Energy Outlook (WEO) de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un acto organizado por Enerclub, aunque destacó la importancia de que el conocido como «paquete Juncker» de inversiones comunitarias reserve una partida para las interconexiones eléctricas entre países, lo que el caso de España permitirá reducir el coste por la alta volatilidad de precios, y permitiría «empezar un camino para mejorar el problema de la política energética».
El secretario de Estado de Energía señaló que «no podemos pedir a cada estado miembro que sea el que soporte un beneficio para el conjunto de la Unión», por eso abogó por dar una «respuesta de financiación conjunta» que permita «que cada Estado miembro asuma la parte que le corresponde del beneficio de realizar la interconexión».
Estas interconexiones, pese a ser con Francia, deben ser financiadas por todos los Estados, sostuvo Nadal.
En este sentido, criticó la falta de instrumentos de financiación «suficientes» a nivel europeo para garantizar que los países de tránsito y sus consumidores que no se benefician de las interconexiones «no tengan que soportar el coste de interconexión».
Como ejemplo, Nadal expuso que en la construcción del AVE entre Valencia y Madrid no se podría pedir a la población de Albacete que asumiese la parte proporcional a su territorio «cuando son las grandes ciudades las que se han beneficiado», sino que se realizan «planes nacionales y se financia entre todos, en vez de únicamente por las provincias por las que pasa la vía».
Objetivo único de CO2
Por otra parte, Nadal sostuvo que la respuesta en la lucha contra el cambio climático «no puede ser tan diferente en cada Estado», al abonarse por distintas vías como impuestos, incentivos a la inversión de renovables o a través del recibo, puesto que «fracciona el mercado».
Por ese motivo, defendió «un objetivo único» de la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático consistente en la reducción de emisiones de CO2, que «es el único realmente relevante» y la opción «más inteligente», frente a los objetivos separados del desarrollo de renovables, recortes de estas emisiones y mayor eficiencia energética.
«Perseguir demasiados objetivos simultáneamente termina al final creando distorsiones internas en el mercado interior» que «no son necesarias», apostilló Nadal, quien consideró que «Europa está persiguiendo demasiadas liebres a la vez con una única escopeta».
En su opinión, es un «error» establecer objetivos comunes en todas las áreas simultáneamente ante los tamaños «poco relevantes» de los países europeos en el contexto mundial, puesto que «es como si Estados Unidos exigiera estado por estado estos objetivos en vez de para el conjunto de los Estados Unidos aprovechando las ventajas climáticas, geográficas y de recursos que tienen cada una de las áreas».
En cualquier caso, aunque el avance hacia un mercado interior de la energía en la última década «claramente no es suficiente», Nadal valoró los «focos de esperanza» y «las luces a las que nos vamos dirigiendo».
Entre los «avances importantes» del último Consejo Europeo del pasado mes de octubre destacó la fijación de objetivos «más flexibles», y el hecho de que «se tiende cada vez más a las necesidades de cada Estado miembro». Igualmente, subrayó que «por primera vez» se reconoce como «única posibilidad» para avanzar en la penetración de las renovables la necesidad de «distribuir el riesgo y permitir intercambios» hasta ahora no realizados.
No obstante, lamentó que la Unión Europea haya «exagerado» la lucha contra las emisiones del CO2 y descuidado a la vez la competitividad económica y la seguridad de suministro.
Además, abogó por explorar y obtener recursos de hidrocarburos en «nuestro propio territorio» ante la elevada dependencia de España, y se posicionó a favor de mantener la energía nuclear «como uno de los pilares de la energía base de los países europeos».
«No podemos renunciar a una tecnología que da tecnología base, no produce CO2 y da estabilidad al sistema cuando además introducimos energías renovables», agregó.