FUENTE: Energynews
Entre los objetivos europeos para el año 2020 se incluía aumentar un 10% las interconexiones energéticas en España. La Asociación Nacional de Constructoras de Infraestructuras (Seopan) ha calculado que para cumplir este objetivo, que supone duplicar la cuota actual, se requerirá una inversión total de entre 11.000 y 16.000 millones de euros y así no perder competitividad.
España tiene que hacer frente en los próximos años a importantes retos en la interconexión energética, que requerirán una inversión total de entre 11.000 y 16.000 millones de euros. La Asociación Nacional de Constructoras de Infraestructuras (Seopan) ha calculado estas necesidades en función de los objetivos asumidos por nuestro país, que se comprometió con la UE a incrementar la interconexión de la Península desde menos del 5% actual hasta el 10%, antes del 2020.
En el ámbito del gas, se han diseñado proyectos para alcanzar una cuota del 20% de la demanda máxima de Francia. También la capacidad de interconexión eléctrica deberá aumentar hasta cumplir los objetivos del 10% en 2020 y del 15% en 2030 fijados por la Unión Europea.
Con independencia de la mejora de las interconexiones, España se enfrenta asimismo al reto que supone cumplir los objetivos de eficiencia energética establecidos por la Unión Europea. En este sentido, el país debe aumentar la cuota de energías renovables desde el actual 15% hasta el 20% en 2020, y al 27% en 2030.
Déficit en infraestructuras energéticas
La energía es uno de los ocho sectores en los que se ha detectado una situación deficitaria en nuestro país con respecto a los socios comunitarios del entorno. En conjunto estas áreas de actuación requieren de un plan de inversión conjunta de entre 38.000 y 54.000 millones de euros anuales durante la próxima década, según un estudio patrocinado por Seopan y realizado por A.T. Kearney.
A.T. Kearney ha realizado un análisis comparativo de España con otros países de referencia de la Unión Europea (Francia, Alemania, Reino Unido e Italia). El trabajo realizado por A.T. Kearney también incluye un estudio de las principales tendencias a nivel global en la construcción y gestión de infraestructuras.
Según los autores de este trabajo, si el esfuerzo inversor no crece, al menos, un 72% existe el riesgo de que España pierda el tren de la competitividad y empeore el bienestar social respecto a los principales países europeos. En lo que respecta a la energía, “el esfuerzo tiene un papel fundamental para la competitividad de las empresas por la importancia que tiene el coste de la energía y la seguridad del suministro”, afirma Julián Núñez, presidente de Seopan.
Según el estudio de A.T. Kearney, un plan inversor sostenido en las áreas deficitarias contribuiría a generar actividad económica de en torno a 700.000 millones y un billón de euros en una década. Asimismo, podría crear entre 500.000 y 750.000 empleos anuales directos e indirectos, según el estudio de A.T. Kearney que, además, estima que el 50% de la inversión podría recuperarse vía retorno fiscal.
Un escenario para la inversión
El presidente de Seopan, considera que “el escenario de consolidación fiscal en el que se mueve nuestro país no puede ni debe ser obstáculo para acometer un programa de inversión sostenida en infraestructuras a futuro. En la actualidad existe gran liquidez en los mercados internacionales de capitales y un significativo apetito inversor por parte de fondos de inversión, compañías de seguros y vehículos inversores especializados”.
Según la patronal, existe actualmente un marco interesante para la inversión: abundante liquidez en los mercados internacionales, apetito inversor en el área de infraestructuras por parte de los grandes fondos y planes de estímulo e inversión como el llamado Plan Juncker en los que apoyarse. “Pero este escenario también exige el establecimiento de un marco regulatorio que preserve la seguridad jurídica y atraiga la inversión”, concluyó Núñez.
Por último, en el informe se asegura que “el aumento de las interconexiones supondría más seguridad y fiabilidad de suministro de energía tanto para España como para el resto de Europa. Las interconexiones posibilitan la exportación de energía excedente, lo que sería especialmente útil en picos de producción de energías renovables intermitentes, fomentaría su desarrollo y contribuiría a la reducción del déficit comercial español”.