Fuente: El Economista
España es el octavo país con más dependencia energética de la UE, al importar el 72,9 por ciento de la energía que consume, según los datos desvelados ayer por la oficina estadística de la UE, Eurostat, correspondientes al año 2014, el último cerrado. Se redujo un 1,1 por ciento en relación al año anterior.
Por delante de España hay países pequeños, como Malta (97,7 por ciento) o Luxemburgo (96,6 por ciento), aunque también nos superan Italia (75,9 por ciento) e Irlanda (85,3 por ciento). La media se sitúa en el 53,4 por ciento, un poco más alta que el año anterior, del 53,1 por ciento.
A pesar de la elevada cifra, la evolución del país es buena durante la última década: el pico de dependencia se produjo en 2005, año en que importamos un 81,4 por ciento de la energía consumida.
La dependencia energética, además de un asunto que entra de lleno en el plano de la seguridad, es un serio problema económico, porque es la causa principal del déficit comercial. Durante 2014 las importaciones energéticas costaron 38.071 millones. Durante los 11 primeros meses 2015 esa cantidad bajó un 31 por ciento por la reducción del precio del crudo.