Endesa e Iberdrola se preparan para incorporar a sus ofertas los llamados servicios de flexibilidad de la demanda. Un sistema que ya se utiliza en otros países y que permite al operador del sistema reducir el consumo eléctrico de los clientes a cambio de una retribución. De este modo, se evita arrancar una central cuando no hay energía suficiente y se facilita la integración de un mayor número de centrales de renovables.
Camila Fernandes, responsable de producto Demand Response de Endesa X, indicó que para su compañía «la gestión de la demanda será un elemento esencial para integrar esta generación renovable y nos estamos preparando para estar desde el inicio en este mercado».
La compañía está preparando este lanzamiento con la experiencia acumulada por Enel X, la empresa líder global en este tipo de soluciones, que cuenta ya en este momento con 14.000 instalaciones gestionadas (comerciales e industriales), que suponen una capacidad de consumo flexible de 6,3 GW en un total de 15 países.
Los pilares fundamentales para este servicio pasan por disponer de un Plan de Modulación del consumo del cliente, preparándole para responder ante una petición de activación por el gestor de la red, es decir, un tipo de interrumpibilidad como la de los grandes industriales pero a pequeña escala de modo que puedan competir en este tipo de servicios no solo la generación sino también el consumo para lograr una mayor eficiencia.
Para Endesa, la inminente apertura de los mercados de balance a los consumidores representa un importante paso para la gestión de la demanda en España. Sin embargo, los requisitos técnicos, las competencia con la generación y la baja retribución pueden limitar esta participación a corto plazo.
La eléctrica asegura que los clientes que podrán participar son aquellos que, con un aviso de 15 a 30 minutos de antelación, puedan reducir su potencia consumida durante al menos una hora. Existen varias formas de reducir temporalmente el consumo de electricidad. Entre otras, la transferencia de cargas a generadores de respaldo, apagado temporal de líneas de producción o de equipos de uso intensivo de energía, reducción de aires acondicionados o el aumento mínimo de grados en enfriadores.
En la misma línea se pronunció Rafael Bellido, jefe de soluciones de flexibilidad de Iberdrola, que explicó que su compañía se prepara ya para lanzar este tipo de productos basados en la monitorización y optimización de la curva de carga, así como la participación en los mercados de flexibilidad.
Las empresas españolas responden así a la directriz de balance eléctrico europea que pretende facilitar la participación de instalaciones de producción (sin discriminación de tecnologías), demanda (incluyendo la agregación) y sistemas de almacenamiento, tal y como explicó María Luisa Llorens, jefa del Departamento de Mercados de Operación de Red Eléctrica.