Las empresas mantendrán este año el limitado ritmo emisor de 2015, según Société Générale.
«Nunca compraría una emisión de Enagás con un cupón del 1% o el 1,25% a 10 años. Es una locura. En cuanto los tipos remonten un poco, esa inversión se va a pique», señalaba un gestor de activos poco después de que la empresa energética colocara en el mercado emisiones de deuda pagando esas rentabilidades, aprovechando el momento histórico de tipos ultrabajos que se vivió en España en los primeros meses de 2015.
Y la realidad le ha dado la razón. Cuando está a punto de cumplirse un año de la primera de esas emisiones, los bonos de Enagás vendidos en febrero al 1,25% cotizan al 96% de su nominal y han llegado a estar al 90%. Y eso significa que cualquiera que participara en la colocación tiene ahora números rojos en sus cuentas.
Por contundentes que sean las cifras, la postura del gestor de activos no fue nada popular en su momento. Al revés. Los datos de la sobresuscripción que han tenido las emisiones realizadas el año pasado en España dicen que la colocación de Enagás fue la que cosechó más interés: se situó la primera del ránking anual por capacidad de atracción de compradores, según un informe elaborado por Société Générale. La demanda superó 10 veces la oferta.
Tampoco fue tímida la respuesta de los inversores a la emisión de Amadeus de 500 millones de euros de noviembre, cuya sobresuscripción alcanzó las 9,5 veces, ni la que obtuvieron Gas Natural e Iberdrola a comienzos de 2015también con colocaciones a rentabilidades muy reducidas.
Muy lejos de esas cotas se situó la venta de bonos realizada por Repsol el pasado diciembre. «Fue una emisión que se cerró con éxito, pero que fue más trabajosa de lo esperado por la situación de los precios del petróleo en ese momento», señalan fuentes financieras. La demanda de los inversores da fe de esa realidad: se quedó en 1,4 veces la oferta, lo que le confiere el título de colocación con menos respaldo entre las vendidas el año pasado en el mercado corporativo.
En el sector financiero la situación fue distinta. En primer lugar, porque la actividad estuvo dominada por la emisión de cédulas al calor del programa de compra de estos instrumentos por parte del Banco Central Europeo. Este tipo de deuda nunca cosecha grandes sobresuscripciones y menos con los precios viciados por la intervención de la autoridad monetaria.
Aun así, hay una emisión que destaca entre las demás, según los datos de Société Générale. Y no es de Santander o de BBVA, sino de Caja Rural de Granada, que logró una demanda que superó 3,2 veces la oferta y se situó como la colocación de cédulas con más atractivo para los inversores.
Deuda con más riesgo
Fuera del territorio de los activos respaldados por hipotecas, la deuda con más riesgo (y con más rentabilidad) de los bancos volvió a constatar su popularidad entre los compradores. De todas las colocaciones del sector financiero, la que más éxito tuvo fue la venta de deuda subordinada que ejecutó Santander en marzo y que fue 5,3 veces sobresuscrita. Tampoco BBVA puede quejarse del resultado de sus CoCos o bonos AT1 de febrero. Vendió 1.500 millones y tuvo ofertas por 4.500 millones.
El balance que hace Société Générale es positivo. «Ha habido altos niveles de sobresuscripción, con una elevada participación de inversores internacionales y primas muy estrechas al principio del año, que luego aumentaron por la incertidumbre internacional para volver a reducirse en la última parte del ejercicio», señaló Javier Guzmán, codirector de Mercado de Capitales de Société Générale, durante la presentación del informe.
Pese a ello, el volumen de deuda emitido por las empresas no financieras cayó el año pasado un 9% entre las compañías con grado de inversión y un 21% en high yield, aunque los bancos compensaron con creces esta bajada, al vender en el mercado un 20% más que en 2014.
Para este año la situación puede ser parecida. No han transcurrido ni dos semanas de 2016 y ya hay cuatro bancos que han salido al mercado. ¿Empresas? Ninguna. «Las compañías españolas tienen una posición muy holgada de liquidez», recuerda Fernando García, codirector de Mercado de Capitales de la firma gala. Si a eso se une el renovado deseo de prestar que tienen las entidades financieras, «el volumen de deuda corporativa emitida puede ser este año estable con respecto al anterior o ligeramente más bajo», añade.
Eso sí, todo puede cambiar si las empresas deciden adentrarse en el territorio de las compras y de las operaciones corporativas. Entonces habrá mucho más que financiar y las emisiones pueden dispararse. La colocación récord de 40.000 millones de dólares que realizó este miércoles la cervecera más grande del mundo, AB InBev, para refinanciar su última macroadquisición es un ejemplo de ello.