La Tarifa de Último Recurso (TUR) de gas podría requerir este año alguna subida de peajes para evitar que las previsiones de demanda provoquen un déficit de tarifa de entre 100 y 125 millones de euros, adelantó ayer el presidente de Enagás, Antonio Llardén, en la conferencia mantenida con analistas con motivo de la presentación de los resultados correspondientes al primer semestre del año.
En cuanto a la posible aparición de déficit tarifario en 2013, aseguró que «va a depender de si se produce algún incremento en la cuota de peajes. En caso de que no se hiciera y la demanda continuara como está, podríamos tener este año un incremento del déficit de entre 100 y 125 millones», vaticinó.
En todo caso, Llardén subrayó el hecho de que el déficit de tarifa de gas es «perfectamente controlable y coyuntural», y no tiene nada que ver con el «grave» desajuste en el sistema eléctrico. De hecho, no pronosticó fuertes subidas de peajes para contener la deuda. «Con un incremento general medio durante tres o cuatro años de los peajes del 2,5 %, no tendríamos déficit», una vez tenidos en cuenta tanto los costes de nuevas infraestructuras como los ingresos de la demanda prevista, auguró el presidente del gestor técnico del sistema gasista nacional.
El coste en infraestructuras no registrará «incrementos importantes a partir de este año y en el futuro», salvo en el caso del almacenamiento subterráneo de Castor. Excluido este proyecto, «de aquí a 2018 o 2019 no hay un incremento significativo de costes de infraestructuras», señaló Llardén.
La tarifa de gas, que en 2011 tuvo un déficit de 290 millones de euros, pero que en 2012 presentó un leve superávit, se equilibra año a año y desde 2002 apenas ha arrojado pequeños desfases al alza o a la baja, salvo en 2006. Frente a esta tarifa de gas, «el problema del sector eléctrico es gravísimo, no ya para el sistema gasista, sino para el país», incidió el máximo ejecutivo de Enagás.
Según sus palabras, «el regulador ha entendido» que el sector del gas y de la electricidad son «cosas diferentes» y no ha incluido al primero en la nueva regulación, lo que supone una «señal clara» de que el problema eléctrico es «muy diferente».
Respecto a la hibernación de los ciclos combinados de gas, que utilizan este hidrocarburo para generar electricidad, aseguró que a Enagás «no le afecta directa ni indirectamente», e incluso dijo que la medida tiene «sentido técnico». De hecho, avanzó que su puesta en marcha permitirá elevar el factor de carga de los ciclos combinados que continúen, que sufrirán así menos paradas y arranques, al tiempo que la producción eléctrica se concentrará en las instalaciones y regiones donde el sistema más lo necesite.
Cabe mencionar que el grupo que preside Llardén obtuvo en la primera mitad del año un beneficio neto de 202,1 millones de euros, lo que supone un aumento del 9 % respecto al mismo periodo de 2012. Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 504,5 millones de euros, un 12,3 % más, mientras que el resultado neto de explotación (Ebit) sumó 337,6 millones de euros, con un crecimiento del 13,1 % respecto al primer semestre de 2012.