Los presidentes ejecutivos de diez eléctricas que en conjunto suman la mitad de la capacidad de generación de Europa están pidiendo el fin de los subsidios a la energía eólica y solar, que dicen añaden demasiada potencia a un mercado que ya lucha con la sobrecapacidad.
Los líderes empresariales del denominado Grupo Magritte también piden un mecanismo de capacidad a escala europea que pagaría a las eléctricas por mantener capacidad de generación en «standby» y quieren que la UE impulse su programa de emisiones de CO2.
Desde su primera reunión en Bruselas la pasada primavera boreal en el museo del artista surrealista belga Rene Magritte, este grupo informal ha hecho presión ante la Comisión Europea y los gobiernos nacionales para cambiar la política energética de la UE, que según ellos no ha conseguido su triple objetivo de recortar los precios, reducir las emisiones de dióxido de carbono y garantizar la seguridad de suministro.
El grupo -que incluye eléctricas de primera fila como la francesa GDF Suez, la alemana E.ON, la española Iberdrola y la italiana Enel- ha tenido impacto, ya que varios países como España, Alemania y Francia han revisado o van a revisar sus programas de apoyo a las energías renovables.
En una conferencia de prensa sin precedentes con la asistencia de 10 presidentes ejecutivos en Bruselas este viernes, el grupo Magritte espera presionar a los legisladores comunitarios antes de la cumbre energética que tendrá lugar a principios del año que viene.
El grupo espera que se considere a la energía eólica y solar como sectores maduros que ya no necesitan recibir primas.
«La política energética europea se ha topado con una pared», dijo el presidente ejecutivo de GDF Suez, Gerard Mestrallet.
Con la demanda eléctrica en descenso por culpa de la crisis económica y el impulso hacia la eficiencia energética de la UE, los precios mayoristas de la electricidad han caído alrededor de la mitad desde 2008, mientras que los precios minoristas que pagan los consumidores siguen cerca de niveles récord.
Las eléctricas dicen que en un mercado eléctrico europeo que ya sufre de un exceso de capacidad, las generosas primas que reciben las fuentes renovables han llevado a una ola de inversiones en energía solar y eólica, tecnologías que disfrutan de prioridad para acceder a la red a precios fijos y por encima del mercado.
«En sectores como el siderúrgico, automovilístico y de refino, cuando hubo exceso de capacidad, se cerró capacidad. Pero en el sector energético, hemos subvencionado masivamente capacidad adicional en solar y eólica, lo que nos ha llevado a la absurda situación en la que hoy nos encontramos», dijo Mestrallet.
Riesgo de apagones
Los críticos argumentan que las eléctricas tradicionales han ignorado durante mucho tiempo las energías solar y eólica, con el resultado de que estas nuevas tecnologías son propiedad principalmente de actores de fuera del sector: paneles solares en manos de ciudadanos particulares y aerogeneradores de pequeñas empresas energéticas, ayuntamientos y cooperativas ciudadanas.
La sobrecapacidad de generación eléctrica se ha visto agravada por el boom del gas no convencional en Estados Unidos, que ha causado una inundación de carbón estadounidense barato en Europa porque las eléctricas del país norteamericano se han pasado a las centrales alimentadas por gas.
Esto ha forzado a las eléctricas europeas a cerrar 51 gigavatios de modernas centrales de gas, el equivalente a la capacidad combinada de Bélgica, la República Checa y Portugal.
El cierre de estas flexibles plantas de gas está poniendo en peligro la seguridad energética de Europa, dijo Mestrallet, porque estas plantas son un respaldo esencial para la intermitencia del viento y del sol.
Mestrallet dijo que aunque Europa puede lidiar con inviernos largos y fríos como el de 2012-13, una racha de dos semanas de tiempo muy frío con temperaturas de 10 grados bajo cero podría llevar a apagones por la falta de capacidad de respaldo.
El grupo -que también incluye a la germana RWE, la italiana Eni, la española Gas Natural, la sueca Vattenfall , la checa CEZ y la holandesa GasTerra- pide que la UE fije sistemas de remuneración que pague a las eléctricas por la capacidad de respaldo.
Los esfuerzos hacia un mecanismo de capacidad paneuropeo han tenido poco éxito hasta la fecha, pero ha habido una serie de esfuerzos nacionales para implantar sistemas de respaldo.
Errores políticos del 50% de la tarifa
Los directivos presidente de Iberdrola, y Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Natural Fenosa, reclamaron este viernes en Bruselas un cambio drástico en la política energética de la Unión Europea que, a su juicio, no garantiza la seguridad de suministro y provoca un encarecimiento de la factura para los consumidores. Según manifestó Sánchez Galán, “más del 50% de la factura que pagan hoy los europeos no tiene nada que ver con la generación de energía o las redes, sino que responde a decisiones políticas erróneas que se han tomado en diferentes países”.
Emisiones de CO2
El sector energético reclama además a la UE que repare el mercado de emisiones de CO2 con el fin de que dé una “señal clara” que permita orientar las inversiones. “Necesitamos un objetivo para 2030 que sea ambicioso pero razonable. Sin una señal clara sobre el carbono no estaremos en posición de invertir”, señaló el responsable de GDF-Suez.
Colapso en la banca
Los máximos ejecutivos también aprovecharon la ocasión para alertar del deterioro de un sector que, a su juicio, se encuentra al borde de un colapso similar al que sufrió el sector bancario. “Entonces dejó de fluir el crédito. En nuestro caso podría haber apagones con efectos también devastadores para la economía europea”, señalaron.
“No es que estemos enfadados, es que estamos muy preocupados”, justificaba Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, la dureza de sus palabras y las de los representantes de Enel, Gas Natural /Fenosa, GDF Suez, Eon, Eni, RWE, Vatenfall, GasTerra y Cez Group.
“Hace falta un regulador europeo”
“El sector energético europeo está balcanizado”, advirtió el viernes Gerard Mestrallet, consejero delegado de GDF/Suez. Para acabar con la fragmentación del mercado provocada por las normas nacionales, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, reclamó “el establecimiento de un regulador y supervisor europeo”. Ese organismo asumiría las competencias de los reguladores nacionales, una cesión a la que probablemente se resistirían algunos países, con Francia como probable obstáculo. Mestrallet, sin embargo, aseguró tras de la cumbre del sector en Bruselas, que su compañía apoya la idea. Y que podría contar con el respaldo del gobierno de François Hollande, que ha convertido la integración del mercado energético europeo en una de las prioridades que espera impulsar con Berlín.
El acto pretendía ser la puesta de largo de un grupo de presión recién nacido que agrupa, por ahora, a 10 compañías que suman 630.000 empleados y producen el 50% de la electricidad consumida en Europa.
Muchas de ellas compiten entre sí en los mercados europeos e internacionales. Pero han decidido dejar a un lado temporalmente sus diferencias para reclamar a la Unión Europea un cambio de rumbo, exigencia que escenificaron el viernes ante un nutrido público en la sala Horta del palacio de Bellas Artes de Bruselas.