El comercio de emisiones se encuentra en pleno proceso de renovación. Por primera vez, después de muchos meses, parece que el mercado está logrando una remontada en el precio de los derechos, que están alcanzando máximas que superan los cinco euros. Se trata de todo un logro para este mercado, que hasta ahora no estaba cumpliendo con las expectativas por las que fue creado: fomentar prácticas de producción eficientes en las factorías europeas.
En este sentido, otro factor clave, será el desarrollo del Backloading. Se trata de una propuesta de la Comisión Europea, que fue aprobada el pasado mes de julio y por la que se retirarán durante un tiempo del mercado unos 900 millones de derechos para incrementar su coste. Según explica Iria Flavia Peñalva, responsable de Proyectos de Factor CO2, aunque el proceso a día de hoy está parado, a finales de este año se votará el alcance de esta medida. De momento los analistas prevén que la retención será de 200 millones de derechos en 2014, 300 en 2015 y finalmente 400 en 2016.
¿Realmente es posible que la decisión se adopte entre el segundo o tercer trimestre de 2014, ya que antes tienen que modificar la directiva europea y el reglamento de subastas?, indica Peñalva.
Por otro lado, este mismo mes, entró en juego un nuevo factor para la asignación de los derechos, para el periodo 2013-2020, que se les da a cada instalación, que hasta ahora estaban manejando unas cifras preliminares a falta del factor intersectorial. Con la aplicación de este ajuste, las instalaciones van a recibir menos derechos de los previstos, y esto ha generado que en las últimas semanas el precio haya subido llegando a situar la media del año, que hasta ahora no lograba superar los cuatro euros, en cinco euros.
Nuevos ajustes en el mercado que pueden subir los costes
Por último, Peñalva asegura que la Comisión está empezando a estudiar y debatir qué sectores van a estar en el periodo 2015-2019 expuestos a la fuga de carbono. Estas instalaciones reciben el 100 por ciento de la asignación gratuita, mientas que los que no ven dañada demasiado su competitividad por pertenecer al mercado de emisiones, van sufriendo un recorte progresivo de sus derechos gratuitos. Así el primer año les dan el 80 por ciento, hasta llegar a 2020 con un 30 de los derechos gratuitos que les pertenecerían.
La lista que recoge a los sectores expuestos a fuga de carbono, se renueva cada cinco años a través de un proceso en blanco, por lo que se hacen otra vez los cálculos originales. Hasta ahora los parámetros utilizados por Bruselas incluían una previsión del precio del derecho de CO2 de 30 euros, un marcador que no se ha cumplido, por ello, la CE se está planteando modificarlo. Si finalmente decide bajar ese parámetro, algunos sectores podrían ver reducidas sus asignaciones gratuitas, y de nuevo, aumentaría la demanda de derechos.
El precio era tan bajo, que posiblemente para las empresas resultaba más rentable seguir contaminando que invertir dinero en mejorar sus prácticas de producción. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer para que el coste de los derechos alcance las previsiones iniciales de la Comisión Europea, el entorno actual está repleto de señales que indican que la tendencia va a continuar alcista, al menos en el medio y largo plazo, lo que seguramente terminará reflejándose en el precio de la electricidad y, por consiguiente, afectará al bolsillo del consumidor y a la competitividad de la industria europea.
La aplastante victoria de Angela Merkel en las elecciones alemanas será un factor clave en los próximos años, al menos si sigue adelante con sus planes de retirar el apoyo a las energías renovables. En este caso, Alemania aumentará su producción con energía eléctrica, un sector que no dispone de asignación gratuita de derechos, por lo que tendrá que acudir al mercado a comprarlos. Esto ampliará la demanda frente a una oferta que previsiblemente se mantiene estable o que incluso puede reducirse, por lo que el precio de los derechos de emisión comenzará a subir.