Fuente: Cinco Días
Se ha hecho de rogar pero, esta vez sí, el acuerdo para salvar Abengoa es una realidad. La firma se esperaba la semana pasada, pero los últimos flecos han retrasado la rúbrica. El objetivo es que en las próximas horas se presente una hoja de ruta detallada de la nueva Abengoa, con un plan de negocio menos ambicioso que el presentado el pasado marzo. Este contemplaba unos ingresos en 2020 de 4.200 millones y un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 274 millones.
Para ejecutarlo, el grupo de ingeniería que pilota Antonio Fornieles solicitó entre 1.500 y 1.800 millones de dinero nuevo. La pérdida de varios proyectos, como el abastecimiento de agua de la ciudad de San Antonio (Estados Unidos), y las ventas del 3% en Yoigo, la de su filial Abentel a Ericcson y la planta solar de Ashalim en Israel, entre otras, han provocado la caída en picado de las necesidades de financiación de Abengoa.
Los fondos que acudirán al rescate también han cambiado y pondrán encima del tapete entre 500 y 600 millones de euros. Son Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Partners y Oaktree, D. E. Shaw, Elliott y Värde. Estos tres últimos son los únicos que estaban en la lista inicial conocida en marzo, que incluía también a Attestor, Blackrock, Centerbridge, Delta, Eton Park, Invesco, KKR y Oak Hill Advisors. Al tiempo que el dinero nuevo, los nuevos actores se encargarán de refinanciar las inyecciones de liquidez que se han producido desde septiembre del año pasado por más de 500 millones de euros.
Los avales se situarán en torno a los 250 millones y la agencia de crédito para la exportación Cesce, participada en más de un 50% por el Estado, está dispuesta a apoyar el rescate para que parte de los avales que emitan los bancos cuenten con su garantía. El Gobierno también estudia la participación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) en el rescate, aunque la decisión de ambas entidades públicas deberá recibir la luz verde de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.
La mayor parte de los avales los pondrán los bancos que forman parte del comité negociador de primera línea: Santander, Bankia, CaixaBank, Popular y Crédit Agricole. HSBC abandonó el grupo hace unas semanas, aunque las fuentes consultadas señalan que volverá.
La deuda corporativa sumaba más de 8.500 millones de euros en marzo y el objetivo es transformar unos 5.600 millones en capital a través de acciones de nuevo cuño. Otro paso necesario es eliminar la dualidad de títulos A y B, con diferentes derechos de voto.
Para que el plan surta efecto Abengoa debe recabar el apoyo de dueños por al menos el 75% de su deuda financiera. Está previsto que el periodo de adhesión arranque la próxima semana. El reparto del capital variará ligeramente respecto al plan inicial. Los acreedores que no aporten dinero nuevo se quedarán con el 35%; los que den avales, con un 5%; y los actuales, con otro 5%. Este último porcentaje se repartiría entre los 50.000 minoritarios y la familia Benjumea, con el 51% de los votos, pero menos del 19% de las acciones.