En pleno debate sobre la contaminación de las grandes ciudades, el gas natural se postula como combustible para el transporte. Ya hay 6.100 vehículos en España que utilizan gas natural comprimido (GNC) o licuado (GNL). Además, el frío ha aumentado la demanda de los ciclos combinados para el suministro eléctrico. El sector reivindica aún una mayor conectividad con el resto de Europa para elevar la eficiencia.
La cuota de energía primaria de gas natural, que era del 20% en 2014, llegará al 27% en 2030, según la patronal Sedigas. Las empresas defienden que, emitiendo menos contaminantes, garantizan la continuidad del suministro cuando no pueden hacerlo las renovables.
La demanda subió en España un 2,1% en 2016 frente al año anterior y en lo que va de 2017 ha crecido un 20% respecto al mismo periodo de 2016, informan desde Enagás. Un invierno más frío que el anterior, la ausencia de lluvia y viento y el incremento de la exportación de electricidad a Francia –afectada por el parón de las nucleares– han elevado la demanda de los ciclos combinados, señala Marta Margarit, secretaria general de Sedigas. Unas centrales que han sido muy cuestionadas por los costes que suponen al sistema y que se reflejaron en unos precios más altos de la energía en enero.
En cuanto al transporte por carretera, en 2016 se matricularon más de 1.100 vehículos que utilizan gas natural, un 133% más que en 2015. La mayor parte son pesados y de uso intensivo, dado el ahorro que supone en largas distancias: de un 30% respecto al diésel y de un 50% frente a la gasolina. Un utilitario a gas natural recorre el doble de distancia que uno a gasolina y un 56% más de kilómetros que uno a gasoil, a los precios actuales.
El Gobierno ha lanzado una línea de ayudas para la adquisición de vehículos de gas natural (Plan Movea), con 3.000 euros para los turismos y 20.000 para camiones. Además, Gas Natural Fenosa ofrece hasta 2.000 euros en forma de bonos de combustible. Una directiva europea obliga a instalar como mínimo una estación de GNC cada 150 km y una de GNL cada 400, por lo que la infraestructura de repostaje se incrementará.
El transporte marítimo se está mudando también al GNL, pues en 2020 deberán cumplir con la normativa global de bajas emisiones de azufre. Siete de los catorce barcos grandes que se construyen en España lo tendrán como combustible principal. Enagás participa en el proyecto europeo CORE LNGas hive para el impulso del GNC en barcos y en tierra. Y Renfe, Gas Natural y Enagás trabajan en una prueba piloto de tracción ferroviaria con GNL para sustituir al diésel.
Los agentes reivindican también la ampliación de las interconexiones con Europa, de modo que España, que recibe gas de 10 países por tubería y barco, pueda reforzar el suministro europeo ante el conflicto con Rusia.
De hecho, la línea eléctrica entre Francia y España por los Pirineos ahorró en el primer año de operación 80 millones de euros al sistema español, tras una inversión de unos 700 millones, según Red Eléctrica (REE). Enagás está presente en el gasoducto Midcat, que conectará España yFrancia, y en TAP (Trans Adriatic Pipeline), que permitirá traer gas del mar Caspio a través de Grecia, Albania e Italia. El aumento de la producción de EEUU, gracias al fracking, puede potenciar, asimismo, el papel de las plantas de regasificación españolas.
Fuente: Cinco Días