Fuente: Expansión
La exigencia de una economía baja en carbono abre nuevas oportunidades al gas natural, cuyo protagonismo en el ‘mix’ energético crecerá a costa de los demás combustibles fósiles.
La progresiva descarbonización de la economía mundial abre nuevas oportunidades al sector del gas. Su condición de fuente de energía fósil menos contaminante ofrece a la industria un rol destacado en el actual escenario, que pasa por el cumplimiento de los compromisos medioambientales. Éste fue uno de los principales puntos de partida del XIX Encuentro Especializado del sector gasista español, organizado por EXPANSIÓN con el patrocinio de Gas Natural Fenosa y Dentons, y la colaboración de Sedigas.
«España es un país que cuenta con una infraestructura sólida, empresas eficientes y tecnología. En este contexto, el gas dispone de potencial para ser una de las energías base para la movilidad, porque es el combustible más limpio, con bajas emisiones de CO2 y el que menos contamina en partículas de dióxido de nitrógeno y de azufre», subrayó Antoni Peris, presidente de Sedigas.
De esta forma, «el gas natural debe jugar un papel muy importante en la transición energética. El objetivo de la Unión Europea es avanzar hacia una economía baja en carbono, con el reto de mejorar la calidad de vida de los europeos sin perder la competitividad de nuestra energía», indicó Sergio López Pérez, subdirector general de hidrocarburos del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.
Mercado
El futuro del sector del gas natural, según López Pérez, «dependerá principalmente del desarrollo tecnológico en el almacenamiento de la energía eléctrica, la incertidumbre social que pueden provocar las fugas de metal y la tecnología de captura y depósito del dióxido de carbono». En este último apartado, el subdirector general incidió en la necesidad de llevar a cabo grandes inversiones, optimizar los procesos de producción y encontrar utilidades para ese CO2.
«La tendencia para los próximos años parece clara: habrá un incremento significativo del mercado de gas natural licuado (GNL), que romperá el orden establecido», señaló López Pérez. Así, se mostró convencido de que España debe ser ambiciosa en este sentido, con la aspiración de tener un gran mercado propio de GNL. «España tiene todos los requisitos para ser una referencia: inversiones realizadas, un mercado neutralizado, un acceso de terceros regulado, agentes ya asentados, una capacidad de regasificación alta y una red muy robusta».
A pesar de ello, y en contra de lo que pronosticaban los analistas, «el GNL todavía escasea y sigue siendo caro. Esto se debe, sobre todo, al rumbo que ha seguido la economía china en 2017», manifestó José Simón, director de gas global de Iberdrola. En cuanto a las perspectivas de futuro, «es complicado que se produzcan grandes cambios antes del segundo semestre de 2019, cuando entrarán en juego varios proyectos que pueden afectar al mercado».
En el apartado normativo, «resulta esencial seguir garantizando la seguridad del suministro eléctrico, así como establecer el mecanismo competitivo que mejor se adapte a las condiciones del mercado», explicó José María Egea, director general de planificación energética de Gas Natural Fenosa. Del mismo modo, abogó por la menor intervención posible de la autoridad reguladora.
En la misma línea, «el objetivo del Gobierno debe ser garantizar el suministro al mínimo coste, y para ello es fundamental diseñar una buena regulación», remarcó Jorge Sanz Oliva, presidente de la Comisión para la Transición Energética. En un contexto de transición energética, estas directrices se traducen en «actuar con neutralidad, sin tomar partido por ninguna tecnología y poniendo las condiciones para que todas compitan por igual». La innovación desempeña una función básica en plena era de las «energías limpias», que Sanz definió como la «quinta revolución industrial», tras la electricidad e Internet.
Competitividad
«En España se han sentado las bases para estar equiparados con el resto de sistemas gasistas europeos. Esto se debe a dos elementos principales: se ha implantado la circular de balance y se ha creado un mercado organizado», concretó Óscar Largo, director de demanda y planificación de Endesa. Además, destacó la conveniencia de sacar partido a las infraestructuras de GNL, realizando un uso homogéneo de las terminales existentes. Largo recalcó la necesidad de asegurar la competitividad, puesto que «no somos totalmente competitivos en costes comparados con los países de nuestro entorno».
La disparidad de precios en comparación con el resto de hubs vecinos se debe a que «Europa tiene una fuerte dependencia del gas ruso y noruego, mientras que España está más sujeta al gas argelino. Por ese rasgo intrínseco, nuestro país siempre estará pegado a los precios de sus aprovisionadores», aclaró José Luis Gil, director de negocio mayorista de energía de Gas Natural Fenosa. En cambio, destacó que «en cuanto a seguridad en el suministro, España se encuentra en los niveles más altos de Europa, a años luz de otros países».
En lo relativo al progreso del tejido industrial español, «la cogeneración significa una mejora de la competitividad y está teniendo un papel fundamental en España. La alimentación de las fuentes de cogeneración es una manera de tener un suministro constante para las compañías industriales», reivindicó Lourdes Rodríguez, directora ejecutiva de trading y gas & power de Repsol. No obstante, la cogeneración se ha visto afectada por los cambios regulatorios. Por eso, solicitó «una normativa que permita estabilidad para continuar con las plantas ya existentes y ampliar con algunas adicionales».
En un plano más general, «la garantía de éxito final del sistema residirá en la capacidad de enlazar el futuro renovable con el gas en un proceso de transición energética», sentenció Claudio Rodríguez, director general de infraestructuras de Enagas. Asimismo, reflexionó sobre la salud del veterano sistema gasista español y sus infraestructuras, que han permitido «dar respuesta a todos los cambios del mercado global sin poner en compromiso su disponibilidad».
En los próximos años, el sector tiene el desafío de enmendar algunas de sus principales tareas pendientes, como «obtener mayor liquidez, desarrollar un mercado de futuros atractivo, crear el polo ibérico con Portugal y evitar las barreras de entrada», anunció Fernando Hernández Jiménez-Casquet, director de energía de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Medio ambiente
Los planes de reducción de emisiones centran sus actuaciones en las próximas décadas, con el compromiso de descarbonización de cara a 2050. Ante la mayor contaminación producida por los demás combustibles fósiles, el gas es la alternativa que, previsiblemente, ganará peso en el mix energético. «La senda de descarbonización es un reto a escala global, ya que en la segunda mitad de siglo debemos alcanzar la neutralidad de las emisiones», recalcó Eduardo González Fernández, subdirector general de coordinación de acciones frente al cambio climático del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
En cuanto a aspectos concretos, «hay un serio problema con la calidad del aire en las ciudades, y es necesario encontrar una solución. El transporte, a través de los gasóleos, es el principal causante de esta contaminación», afirmó Juan Ramón Arraibi, director general de operaciones de Naturgas Energía. A pesar de la evidencia de esta problemática, hay discrepancias acerca de las medidas a aplicar. Entre ellas, «ser más firmes con la normativa medioambiental, recortar la presencia del petróleo en el transporte público y seguir con la política de ayudas a las energías alternativas». Según Arraibi, «el gas es la solución que tiene una disponibilidad más inmediata».
«El gas natural es una energía indispensable para llevar a cabo la transición hacia una economía baja en carbono a medio plazo, y permite lograrlo de forma económica para las familias. En España, si su penetración aumentase del actual 19% al 30%, sería posible reducir las emisiones de CO2 hasta un 24%», detalló Borja Polo, director de desarrollo de negocio y expansión de Redexis Gas. Aunque es habitual el uso del gas natural en procesos industriales, «aún hay recorrido para que las empresas se vean beneficiadas por una mayor implantación. Cuando el gas natural desplaza al gasóleo, las compañías alcanzan ahorros del 60%, de modo que pasan a ser más competitivas, baja la tentación de deslocalizarse y contribuye a la generación de riqueza en el país».
«Los motivos que han convertido al gas en una alternativa son los precios y el margen que ofrece en cuanto a innovación y mejora tecnológica», argumentó Daniel López Jordá, director general de negocios minoristas de energía de Gas Natural Fenosa. Además, se refirió al gas renovable, que supone una nueva evolución en el modelo como «una forma de cerrar el círculo en la industria, que ganará peso porque va a atraer inversiones en Europa».
Futuro
La transición energética, no obstante, no es la única inminente. Otros sectores, como el mundo de la automoción, también se encuentran en pleno cambio, con innovaciones como el coche ecológico, autónomo o conectado. «Apoyamos al vehículo alternativo, y creemos que los vehículos de cero emisiones deberían convivir en el futuro con los de bajas emisiones. Para ello, pedimos una nueva fiscalidad que permita renovar los coches españoles, subvencionando también los programas de gas», matizó Mario Armero, vicepresidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Además, apuntó que «la transición debe ser ordenada, rentable y socialmente atractiva para los clientes, las ciudades y los reguladores europeos».
En el ámbito del transporte de larga distancia, «trabajamos para establecer unas condiciones que nunca sean restrictivas respecto a la concurrencia de operadores, pero que garanticen la fiabilidad del suministro», comentó Álvaro Rodríguez Dapena, director técnico de Puertos del Estado. En este caso, su labor es dinamizar «una transformación progresiva en el ámbito marítimo-portuario en lo relativo al uso del gas como combustible».
Desde otra perspectiva, «es posible identificar dos cuestiones que serán disruptivas y cambiarán nuestra forma de vivir: la digitalización de las redes de transmisión y la aparición del coche eléctrico», declaró Javier Lasa, socio de energía de Dentons. Ambos aspectos supondrán nuevos cambios regulatorios. En el primer caso, la información que recibe el consumidor debe ser homogénea, transparente y no discriminatoria. En el segundo, pueden aparecer «nuevas variantes para que los consumidores aborden la compra de energía eléctrica», puntualizó Lasa.
Antes de que se produzca la descarbonización, «la industria del gas debe afrontar el reto de ser rentable también en aquellas regiones del mundo donde la salud ambiental no es una prioridad», puntualizó James Henderson, director del programa de gas natural en el Instituto de Estudios Energéticos de Oxford (OIES). «Las perspectivas son positivas pero podría haber una caída a partir de 2030, por lo que el sector debería anticiparse a potenciales dificultades», agregó Henderson