Fuente: El Economista
El Gobierno está dispuesto a retribuir a las centrales que garanticen el suministro eléctrico -básicamente, ciclos combinados de gas-, aunque no produzcan energía, a cambio de que estén disponibles y generen cuando las renovables no puedan hacerlo por falta de viento o sol. En los próximos días lanzará una consulta pública para recabar ideas con las que diseñar el mecanismo. Así lo confirman fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) a elEconomista.
El Plan de energía y clima del Gobierno (PNIEC) prevé duplicar la aportación de las renovables en la generación de electricidad, hasta alcanzar un 42% del total. Este crecimiento, a pesar de que ya han cerrado las centrales de carbón y de que se ha pactado la progresiva clausura de las nucleares, provocará una reducción muy relevante del número de horas de operación de los ciclos combinados de gas, la tecnología que garantiza la cobertura de los picos de demanda y permite la correcta operación del sistema cuando las fuentes verdes experimentan fuertes oscilaciones.
Los ciclos de gas se instalaron con la perspectiva de operar entre 5.000 y 6.000 horas al año, con una veintena de arranques como mucho. Sin embargo, la progresiva entrada de renovables -que tienen prioridad- ha cambiado totalmente ese planteamiento: en 2018 ya operaron poco más de 1.000 horas -el año pasado prácticamente se duplicaron, por la ausencia del carbón-, sufren más de 200 arranques anuales y para 2025 es posible que no operen más de 300 horas, pero arrancando y parando cada vez con más frecuencia, con el correspondiente desgaste de las instalaciones.
El resultado es que las centrales difícilmente alcanzarán la rentabilidad con los ingresos de su escasa participación en un mercado eléctrico que, por otro lado, normalmente debería marcar precios más bajos que los actuales, por los bajos costes operativos de las renovables. Con esta perspectiva, es más que factible que las empresas se planteen cerrar sus ciclos, puesto que irán cumpliendo años -el primero se conectó en 2002- y estarán prácticamente amortizados en sus balances.
Pero hasta que el almacenamiento haya bajado sus costes, se haya desarrollado la gestión de la demanda a gran escala, y haya más interconexiones, el país necesita que las centrales de gas sigan respaldando la intermitente producción renovable y evitando apagones.