Fuente: El Periódico de la Energía
Pésimas noticias para la gran industria electrointensiva. El Gobierno, a través de la Secretaría de Estado de Energía, ha aprobado el calendario y las características del procedimiento competitivo de subastas para la asignación del servicio de gestión de la demanda de interrumpiblidad.
La mala noticia es que solo sacará a subasta 1.000 MW, la cuantía más baja jamás puesta en servicio para los consumidores electrointensivos.
El Ministerio de Industria sigue sin aprobar el Estatuto del Consumidor Electrointensivo que pretende ayudar a la industria a ser más competitiva. Está a la espera de que se forme el Gobierno. Pero mientras tanto, el Ministerio para la Transición Ecológica ahoga aún más a las grandes industrias electrointensivas con solo la puesta en marcha de 1.000 MW para el primer semestre de 2020.
Además, el Gobierno ha decidido eliminar de golpe y porrazo los bloques de 40 MW, aquello por los que pujaban únicamente las grandes fábricas españolas. Ahora, todos los actores pujarán por 200 bloques de 5 MW cada uno.
El precio de salida será de unos 125.000 euros por MW al año, es decir que en el mejor de los casos el coste de la interrumpibilidad para los primeros seis meses será de unos 62,5 millones, pero probablemente, tras la puja, el precio de adjudicación sea mucho más barato y la cifra esté más cercana a los 40-45 millones de euros.
¿Quién se beneficia de esta medida? El consumidor doméstico, que a través de la factura de la luz paga este coste.
Se trata pues del peor resultado para una subasta de interrumpibilidad en España. Ya lo fue la última del segundo semestre de 2019, en la que se subastaron 2.340 MW, pues imagínense ahora con solo 1.000 MW. En junio se acabó pagando unos 95 millones para los seis últimos meses de este año.
Se rumoreaba que el Gobierno iba a modificar las subastas, y que en principio podrían desparecer. Pero al ir a unas terceras elecciones y no haberse formado ejecutivo a día de hoy, el Ministerio en funciones ha tenido que sacar esta subasta para el primer semestre que deja en muy mal lugar a la industria.