Fuente: Cinco Días
Con la llegada del frío a casi toda España son pocos los coletazos que nos quedan del verano. Para entrar de lleno en la próxima estación, dentro de unos días se producirá el cambio de horario de invierno en nuestro país. Exactamente este fin de semana durante la madrugada del sábado 29 de octubre al domingo 30 los relojes se atrasarán una hora. Es decir, a las 3:00 horas de la madrugada las agujas del reloj marcarán las 2:00 horas. Por lo que el domingo 30 podrá disfrutar de unas horas más de sueño ya que el día tendrá 25 horas.
Origen del cambio horario
El origen de esta tradición está marcado por un nombre el de William Willet, un constructor inglés que en el siglo XX se dio cuenta de lo poco que se aprovechaba la luz del sol por las mañanas. Willet continúo con su idea adelante y decidió en 1907 presentar un informe donde proponía adelantar la hora en primavera y atrasarla en otoño. Nueve años después, durante la I Guerra Mundial, el proyecto de Willet vio la luz aplicándose primero en Alemania y en los países ocupados para después ser adoptado por Rusia o Estados Unidos. Este país obligaría a todos los estados a adoptar el horario de verano durante la Segunda Guerra Mundial. Así la idea original de Willet se reguló y se aprobó su aplicación modificando su nombre mundialmente por el de Daylight Saving Time (DST). El motivo no era otro que el ahorro de carbón.
En 1974 con motivo de la primera crisis del petróleo a nivel mundial el horario de verano se popularizó por todos los países ya que adelantando los relojes se aprovechaba mejor la luz solar y por tanto, se consumía menos electricidad.
El caso español
A pesar de la ley determinada por Estados Unidos que instaba a introducir el horario de verano en todos los estados, España tardó varios años más en establecerlo. No sería hasta la Guerra Civil cuando se replanteó introducir esta medida. El principal problema fue que durante los años que duró el conflicto la zona republicana y la nacional no compartían horarios, algo que terminó cuando finalizó la guerra en 1939 estableciéndose así la hora correspondiente al meridiano de Greenwich.
Sin embargo, en 1942 se introdujo una nueva medida que marcó los relojes españoles para siempre. Bajo el régimen de Franco, éste optó por hacer coincidir el horario español con el de la Alemania nazi. Muchos otros países se sumaron como fue el caso de Italia.
Finalizado el conflicto, con la derrota del régimen nacionalsocialista los relojes de casi todos los países de Europa volvieron a la normalidad horaria marcada por Greenwich. Pero este no fue el caso de España, que mantuvo la hora regida por el meridiano de Berlín como hicieron los territorios controlados por el III Reich.
La característica principal de este horario es que se establece por las horas de luz, de ahí que en verano y en otoño se produzcan dos cambios. Su regulación no tuvo lugar hasta 1981 cuando se determinó que el último domingo de marzo y de septiembre se produjera un cambio de hora. Esta modificación no sería la última ya que en 1996 se estableció que el cambio de horario de invierno se hiciera el último domingo de octubre.
Ventajas e inconvenientes del cambio horario
Aunque en un principio despertarnos en invierno y que sea de noche no sea lo más alentador, el cambio horario tiene una ventaja principal y es el ahorro en el consumo energético. Según los datos aportados por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Enegético (IDAE) con este cambio se ahorran en total 300 millones de euros en iluminación en toda España, de los cuáles 90 millones corresponden a los hogares. Por lo tanto, cada hogar ahorraría una media de 6 euros.
Junto con el ahorro en el consumo de luz, el cambio de hora también afecta de forma positiva a algunos sectores como el transporte o las comunicaciones.
A pesar de estas cifras, son muchos los detractores de este cambio. Algunos defienden que las condiciones ambientales producidas por el cambio en la luz tienen efectos negativos en el ánimo y la salud de las personas. Este posible efecto adverso duraría hasta dos días después de que se produjera el cambio. Los profesionales aconsejan ir adaptándose poco a poco sobre todo a los nuevos horarios de sueño, por ejemplo yéndose a dormir antes o acostándose con el estómago lleno.
Baleares y Valencia en contra del cambio
En los últimos días estas dos comunidades autónomas han abierto el debate sobre el cambio horario pidiendo que se mantenga el de verano. En Baleares, los partidos políticos que forman parte del Parlamento firmaron este lunes una petición institucional en contra del cambio. Por su parte en Valencia, el presidente Ximo Puig, ha pedido reabrir el debate del cambio horario.
Ambas peticiones alegan motivos de salud y bienestar para los ciudadanos que se ven afectados por el horario de invierno. Además defienden que los turistas extranjeros también están condicionados por este cambio ya que ven reducido el horario de exposición del sol, uno de los alicientes principales para la elección de un destino.