Fuente: El Periódico de la energía
Dice el Gobierno que no puede hacer mucho con la factura de la luz. Algo que se podría decir que sonroja cuando el Estado es el encargado de recaudar impuestos a la electricidad como si no hubiera un mañana. Sin contar los costes regulados del sistema o las ayudas a las renovables. Quedémonos solo en los impuestos. Es más solo en el IVA.
El pasado 30 de agosto este diario publicó una información sobre los Impuestos del Valor Añadido que se aplican a la electricidad en España y en los principales países europeos.
España salía muy mal parada si se le comparaba con los países de su tamaño, es decir, con los otros cuatro grandes de la UE: Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. A todos ellos superaba el 21% actual que pagan todos los consumidores españoles. ¡El 21%!
El suministro de electricidad es básico para todos los ciudadanos. Fundamental para vivir. Y eso lo saben los gobiernos y todos los partidos políticos. Por eso, en España siempre se ha aplicado el porcentaje mayor de IVA al recibo de la luz. Es una fuente de ingresos como pocas. Todos los años recauda el Estado alrededor de 5.300 millones de euros en el IVA de la electricidad. A ello hay que sumar el IEE que son 1.300 millones. Solo en la factura estos dos impuestos suman 6.600 millones al año para las arcas del Estado. Y esto solo en luz. Suma el gas natural, los hidrocarburos, etc.
El precio de la electricidad se ha desbocado estas últimas semanas y se prevé un duro invierno. El precio del CO2 y de los combustibles fósiles irán al alza y esto dificultará a los consumidores más vulnerables poder pagar sus facturas el próximo invierno, cuando más necesiten calentar sus hogares y/o consuman más electricidad.
Esto ha hecho que se enciendan las alarmas en el Gobierno socialista. Y la preocupación también ha llegado al seno de sus socios de ‘gobierno’, Unidos Podemos. Este jueves se han reunido los dos líderes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el dirigiente de UP, Pablo Iglesias.
Según este último, se ha acordado “bajar a la gente humilde el IVA de los bienes de primera necesidad”. ¿Qué quiere decir esto? ¿Se entiende la luz y el gas como bienes de primera necesidad o como dicen algunos es un privilegio? Según ha podido saber El Periódico de la Energía, la medida podría ir encaminada a que se reduzca el IVA a los consumidores más vulnerables de la luz y el gas, y así ayudarlos a poder afrontar con ciertas garantías los recibos futuros de ambos suministros.
Tanto el Gobierno como Unidos Podemos no han dado más explicaciones que lo que ha dicho Iglesias, pero se pretende plasmar esta idea en un documento en el que trabajarán en los próximos días. El objetivo es poder aplicarlo desde ya, y que vaya así a los PGE.
Si se reduce el IVA solo a los consumidores vulnerables, la cantidad de los ingresos a percibir por este concepto tampoco se reduciría tanto. Se entiende que la gente más humilde está ya acogida al bono social de la luz (y si no deberían hacerlo). Sus consumos son bajos, por tanto la recaudación por IVA no es demasiado alta.
De esa manera, el Estado seguiría ingresando bastantes miles de millones y además se ganarían ambas formaciones el visto bueno de todos estos consumidores de cara a próximas elecciones.
Lo que chirría de esta medida (si se puede decir esto), si finalmente la llevan a cabo, es el agravio comparativo con el resto. Así a lo mejor se podría aplicar solo un 10% de IVA a la electricidad para todos los consumidores, y un 4% superreducido para los más vulnerables. Pero solo es una idea. Eso sí, de la que se beneficiarían todos los españoles. El problema es que se dejarían de recaudar más de 2.000 millones y se descuadrarían las cuentas.
De todas formas, que se reduzca el IVA de la electricidad es algo que pide a gritos la sociedad. ¿Cómo es posible que la luz, un bien fundamental y necesario para el día a día, tenga un 21% de IVA y el cine, por poner un ejemplo, solo el 10%? Una medida de este calado sería aplaudida por todos. Es de justicia que la luz no esté tan gravada. Solo hay que mirar a nuestro alrededor para darse cuenta. Pero hasta ahora, se ha preferido mirar hacia otro lado.