Fuente: El Economista
Las comunidades de vecinos que disponen de calefacción central pagan el doble, el triple y hasta cuatro veces más por calentar sus viviendas en comparación con las viviendas individuales, que disponen de calderas individuales y pueden acogerse a las tarifas reguladas (TUR 1, 2 y 3, en función del consumo que realicen).
Como respuesta ante el contexto inflacionario, el Gobierno puso a disposición de las comunidades de vecinos la tarifa regulada o de último recurso TUR 4, con la que, según los cálculos que maneja el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), pueden reducir su coste asociado al consumo de gas hasta un 50 %.
Para acogerse a esta nueva tarifa, la norma que lo regula exige a los usuarios varios requisitos, como que el consumo anual sea inferior a los 50.000 kWH, que la comunidad esté al corriente del pago de todas las obligaciones económicas contraídas con su comercializadora, que hayan realizado en plazo la inspección de eficiencia energética con resultado positivo o que las viviendas dispongan de contadores individuales de calefacción.
Este parche, de carácter temporal, ha destapado una práctica ilegítima que, hasta ahora, se venía produciendo en muchas comunidades de vecinos.
Calor a costa de los vecinos
Y es que, según ha destapado recientemente el diario El País, hasta que no se ha exigido a estas comunidades de vecinos la instalación de contadores individuales, muchos vecinos aprovecharon para colocar radiadores en sus hogares sin permiso.
Hasta ahora, muchos de los gastos energéticos se asumían conjuntamente por la comunidad, repartiéndose de manera equitativa entre los inquilinos. Sin embargo, algunos usuarios aumentaron la potencia instalada en sus hogares colocando más radiadores o cambiándolos por otros más grandes, de tal forma que los gastos adicionales asociados por su uso recaían entre todos.
Del mismo modo, y dado que la nueva norma exige a los vecinos de forma individualizada que no gasten más energía que la que venían gastando hasta ahora (se compara con periodos anteriores), se penalizará a aquellos inquilinos que derrochen energía. Esto afecta especialmente a aquellos que usaban la calefacción de forma ineficiente, manteniendo las ventas a abiertas o rehuyendo de la ropa de abrigo, entre otros hábitos ineficientes.
En consecuencia, este tipo de acciones tienen los días contados en las comunidades que se hayan acogido o se acojan a la nueva tarifa TUR 4, ya que los contadores que deben instalar cobran individualmente en función de todos los radiadores que se tengan instalados, tanto si venían con la casa como si se instalaron posteriormente sin consentimiento vecinal.