El Gobierno alemán acordó ayer basar la radical transformación energética que planea en las renovables más rentables y reducir drásticamente las ayudas y subvenciones para poner freno a la escalada de los precios de la electricidad.
El Consejo de Ministros, reunido desde ayer de forma extraordinaria en un retiro de dos días en las afueras de Berlín, aprobó el borrador de proyecto de reforma de la Ley de Energías Renovables (EEG) presentado por el ministro de Economía y Energía, el socialdemócrata Sigmar Gabriel.
La reforma podría superar el trámite parlamentario antes del verano y entrar en vigor el 1 de agosto, estima el Ejecutivo.
El texto aprobado incluye la construcción de los corredores norte-sur -imprescindibles para trasladar la electricidad producida en las zonas costeras al interior más industrializado- y la plantea una reducción drástica de las ayudas, atendiendo también a las demandas en este sentido de Bruselas.
Gabriel reconoció ayer que el volumen de subvenciones estatales a las energías renovables no es sostenible y aseguró que «ninguna economía puede soportar» un volumen de ayudas que otorga Alemania, que podría llegar a alcanzar los 24.000 millones de euros al año.
Este documento legal es uno de los pasos iniciales de la denominada Transformación Energética que impulsó en la pasada legislatura la canciller Angela Merkel.
Esta apuesta de la jefa del Ejecutivo busca desconectar las centrales nucleares para 2022 y potenciar de forma paralela las renovables sin poner en riesgo el suministro ni la estabilidad de los precios.