Los nuevos impuestos del Gobierno al sector eléctrico han obligado a parar en los primeros meses del año 841 MW de cogeneración (o 239 plantas), esto es, un 40 % de la potencia total o un 24 % de las instalaciones existentes en España, ha advertido recientemente el presidente de la Asociación Española de Cogeneración (Acogen), José Manuel Collados.
El directivo de la patronal nacional, que argumenta sus declaraciones apoyándose en cifras aportadas por la Comisión Nacional de Energía (CNE), alerta de que los pequeños cogeneradores ya han comenzado a «cerrar» y de que se están cumpliendo los pronósticos elaborados por los miembros de Acogen, que predijeron que este año el 60 % del sector se verá abocado a detener su funcionamiento.
Si no se corrige la situación actual en la reforma que prepara el Gobierno, recurrirán a la Justicia europea como asociación, asegura Collados, mientras que sus socios lo harán ante instancias nacionales. Así, el sector se plantea denunciar los nuevos impuestos aplicados porque sitúan las plantas por debajo del principio de rentabilidad razonable, lo que supone un claro incumplimiento del compromiso legal adquirido con la publicación del Real Decreto 661/2007, consistente en recoger los costes del combustible. «Estamos luchando por salvar de la condena a una parte importante de la industria de este país. Si piensan en los emprendedores, que piensen en esto, porque como cierre la industria, tendremos que ir buscando todos trabajo donde sea, fuera», considera el directivo.
Por otro lado, el presidente de la patronal explica que el cierre de una planta de cogeneración provoca en algunos casos el cierre de la industria con la que trabaja, ya que esta tecnología es capaz de reducir mediante procesos de eficiencia el coste eléctrico de las empresas y, con ello, hacerlas competitivas. Frente a los recortes a la cogeneración, que el sector considera superiores a los sufridos por otras tecnologías, el presidente de Acogen pide medidas que vayan en la dirección contraria y que «industrialicen el país». «Ya estamos por debajo de Portugal en contribución de la industria al PIB», según Collados. «No hay mucho tiempo para arreglar esto, porque luego vendrá el crujir de dientes. Si quitas la cogeneración, va a haber un efecto devastador sobre toda la industria», estima el ejecutivo, quien también opina que la obligación del Ministerio de Industria es precisamente defender este sector.
En otro orden de cosas, Collados es especialmente crítico con el mercado mayorista de la electricidad o ‘pool’, al que califica de «golfada», ya que está «hundiendo el país». «Compran la electricidad a cero y te la venden a 200, y encima dicen que tiene que ser más cara», se lamenta el ejecutivo. «Las eléctricas se han metido 3.000 o 4.000 millones de euros en la crisis. Al final, este país se quedará con cuatro compañías eléctricas y la ruina, así que no sé a quién servirán la electricidad», expone el portavoz de Acogen.
El hundimiento de los precios del ‘pool’ ha hecho que la retribución a mercado de la cogeneración haya caído, pero que la prima equivalente haya aumentado considerablemente como coste regulado, pese a que la facturación ha sido la misma. Ante esta situación, Collados solicita que se reconozca a la cogeneración el precio de venta de la electricidad y que se acabe con el déficit de tarifa de forma tajante.
«Que a partir del 1 de junio no se reconozca ningún déficit de tarifa y que se pongan los precios que se tengan que poner, porque esto no pasa en ninguna parte del mundo, ni en Birmania ni en Sebastopol», critica Collados.
Cabe apuntar que ante este escenario, los miembros de Acogen han hecho llegar al secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, una propuesta de cara a la reforma energética en la que trabaja el Gobierno en la que se incluye el relanzamiento del Plan Renove de las cogeneraciones con más de quince años y un alivio parcial del “céntimo verde” y del coste de las subastas de CO2. De hecho, el sector pide al Minetur que las medidas propuestas se lleven a cabo con urgencia para salvar a una industria a la que los nuevos impuestos suponen una merma de hasta el 31 % de los ingresos y sitúa a muchas plantas al borde de la desaparición.