Fuente: Cinco Días
La minoración de los ingresos por los windfall profit que reciben varias tecnologías (hidráulica, nuclear y renovables que van a mercado) gracias a los altos precios del gas cuando este marca el precio marginal del mercado mayorista de la electricidad está pasando factura al sistema. En los últimos días se ha comprobado cómo, cuando este impuesto (como llaman en el sector a la citada minoración), aprobado el pasado 14 de septiembre por el Gobierno para compensar a los consumidores la subida de la factura de la luz, es superior al precio que reciben en el mercado, las plantas optan por no ofrecer su producción.
Como se trata de un impuesto “distorsionador”, según fuentes del sector, provoca que sea mayor que los ingresos que gravan en ciertos periodos. En el caso de la nuclear, su parada y arranque tiene un coste elevado y las propietarias tienen que echar cuentas. Por ahora, a esta tecnología no le ha resultado rentable parar y retirar sus ofertas. En el caso de la hidroeléctrica, como es gestionable, hay quien considera que las eléctricas reservan producción hasta que termine el efecto de las medidas del Gobierno, a finales de marzo. Una previsión que en el sector se considera optimista.
En el caso de la eólica y, en menor medida, solar, las propietarias pueden optar por pararlas: esta última tiene un coste marginal cero, por lo que en este periodo dicho coste marginal es el equivalente al impuesto. Por su parte, el de la eólica es de ocho euros/MWh, por lo que a esta cifra, en las citadas horas de precios más bajos, el coste marginal es de 80 euros MWh.
La situación no implica ningún problema de suministro eléctrico, pero sí una distorsión del funcionamiento del mercado, ya que REE ha tenido que recurrir en esas horas a importaciones de electricidad de Francia. Por su parte, la renovable afectada se reserva para las puntas de demanda.