El presidente de la Asociación Española del Gas (Sedigas), Antoni Peris, alertó ayer de que la reforma eléctrica que prepara el Gobierno podría impactar «negativamente» en el sector gasista y provocar una disminución en la demanda y en los ingresos del sistema.
Asimismo, lamentó que «España no llega a la media europea de cogeneración» e instó a las autoridades a que potencien el desarrollo de un marco regulatorio estable que derive en el impulso de la cogeneración, ya que aunque el porcentaje de cogeneración nacional se sitúa en el 7,4 %, no llega aún a la media europea (11,7 %) y se sitúa muy lejos de países como Finlandia (36,2 %) y Holanda (33,2 %).
En una rueda de prensa ofrecida en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con motivo de la reunión anual de la asociación, el ejecutivo de la patronal apostó por el potencial que tiene la cogeneración eléctrica en la competitividad industrial y por el aprovechamiento de la energía térmica procedente del suelo. En palabras de Peris, «no estamos pidiendo ayuda de ningún tipo, pero tiene que haber un apoyo claro» por parte de las instituciones, sentenció en relación con el uso de la cogeneración en los núcleos urbanos. Así, añadió que la utilización de esta fuente sería beneficioso para la calidad del aire.
Una «demanda mínima» para los ciclos combinados
Por otra parte, el portavoz de la asociación sectorial dirigió un mensaje claro al Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Según él, es requisito indispensable para la viabilidad de la cogeneración fijar una «demanda mínima» para los ciclos combinados de gas, cuya utilización se encuentra en la actualidad en niveles que «no son aceptables», puesto que en los últimos dos años su aportación al sistema ha caído drásticamente.
«Si no se toman medidas claras, nos preocupa» la viabilidad de estas instalaciones, afirmó Peris antes de pedir una «solución» que pase por ampliar el hueco térmico de estas centrales y por valorar la eficiencia de los ciclos de gas en términos de bajas emisiones y «back up» del sistema.
Tal y como explicó el presidente de Sedigas, la reducción en los últimos años del hueco en el «mix»para las centrales térmicas «tiene que ver con decisiones que no son de mercado», como las «ayudas» a otras tecnologías, y esto ha conducido a que los ciclos de gas hayan funcionado 1.900 horas en 2012, frente a las 3.500 de diseño, y a que para 2013 apenas se prevean «1.000 o 1.200 horas» de actividad, en el mejor escenario posible.
Además, los datos de 2012 hablan de una pérdida de consumo equivalente a 84 teravatios/hora y de un déficit de aproximadamente 165 millones de euros. Asimismo, según añadió Peris, el porcentaje de utilización de los ciclos combinados en 2012 fue del 19 % y, en el primer trimestre de este año, este concepto se situó en el 10 %. Así las cosas, la caída registrada en las ventas durante el año pasado se ha cifrado en el 2,8 % .
Por ello, el directivo pidió un mayor uso de los ciclos en vez de la hibernación de las instalaciones, reclamó un «apoyo más claro» para el gas y una «revisión de todo el funcionamiento» del mercado eléctrico para lograr un resultado «más equilibrado».
«Tenemos que garantizar un mínimo de demanda teniendo en cuenta los impactos cruzados entre tecnologías», señaló Peris, que se mostró muy preocupado por la situación de los cerca de 60 ciclos combinados construidos en España.
Adicionalmente, recordó que «en 2014 acabarán las ayudas al carbón y eso ayudará a aumentar la demanda de la cogeneración en un mercado sin alteración de precios». Y también alertó de la existencia de «dificultades administrativas» en el uso de esta fuente. «Estamos pidiendo la consideración de los factores de eficiencia, contaminación y generación de empleo y la revisión de las normas de carácter administrativo», apostilló.
Al margen de los problemas del sector eléctrico, Peris explicó que la industria gasista trabaja en la incorporación de nuevos clientes, ya sea en el mercado doméstico, el industrial, el público o el sector transporte. El 70 % de los municipios españoles ya está en la red gasista, pero solo el 28 % de los hogares está conectado, lo que da cuenta del potencial de crecimiento de este nicho frente a la media europea del 50 %.
En este escenario, Peris destacó el potencial que aún tiene esta fuente en España, en el mercado residencial e industrial, así como en el transporte, o el papel que puede jugar nuestro país como centro de distribución o «hub». También afirmó que en el sector de la administración pública, sería posible reducir el déficit público en 150 millones de euros implantando medidas de eficiencia energética basadas en el gas, capaces de abaratar hasta en un 20 % la factura, mientras que en un ámbito superior sería posible ahorrar 274 millones de euros sustituyendo calderas de gasóleo por sistemas de gas canalizado.
Sin comparación con EE. UU. en cuanto a la producción de «shale gas»
Otro de los temas abordados ayer en el foro especializado con motivo de la inauguración de la reunión anual de Sedigas tuvo por protagonista al «shale gas»(gas de esquisto). Así, Peris indicó que, «yendo bien las cosas», la producción en España no comenzará hasta dentro de diez o quince años, y lo hará en un volumen «ni de lejos» comparable al de Estados Unidos, por lo que el desarrollo de esta tecnología «no tendría que ser un problema» para las actuales instalaciones del sector.
En todo caso, el presidente de Sedigas se mostró partidario de explorar los recursos de gas no convencional del país y conocer su potencial, siempre y cuando existan garantías de que «las cosas se hacen correctamente».
Empleo del gas como combustible para el transporte
Otra de las medidas del plan para garantizar la sostenibilidad del sistema gasista español que apuntó el portavoz de la patronal es la utilización del gas natural como combustible para vehículos y buques de larga distancia. En este sentido, destacó la existencia de una importante flota de autobuses impulsados por gas natural vehicular (GNV) en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona.
Por otra parte, también subrayó el potencial que tiene el gas natural licuado (GNL) en el transporte de larga distancia marítimo y aludió a la infraestructura existente en los principales puertos de España, que garantiza el suministro de este combustible. Por último, aludió al uso de los gaseoductos de España y denunció que su capacidad de exportación «no está siendo aprovechada».