Fuente: El Periódico de la Energía
La moción de censura que ha presentado el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha provocado un terremoto político que tendrá sus consecuencias en el plano energético. Aunque el secretario general de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, ha asegurado que la apoyará sin condiciones para “desalojar” al PP, de conseguir alzarse con la mayoría absoluta, con el voto de 176 diputados, el nuevo gobierno presidido por Sánchez tendrá que negociar cualquier decisión que se tome a partir de entonces. Y Unidos Podemos quiere participar en esa negociación.
“No vamos a poner ninguna condición y apoyaremos la moción sí o sí”, ha explicado Juantxo López de Uralde, diputado de Equo-Unidos Podemos y portavoz en la Comisión de Energía, “pero si finalmente hay cambio de gobierno, nosotros vamos a reclamar que se cumpla el programa energético del PSOE en aquellos puntos en los que coincide con el nuestro. Y hay uno en el que claramente coincidimos, en el cierre de las centrales nucleares cuando cumplan los 40 años de vida útil”.
“Si la moción prospera se abren nuevas oportunidades, el nuevo gobierno tendrá que dialogar y pactar para todo”, ha corroborado Josep Vendrell, diputado de En Comú Podem-Unidos Podemos y también portavoz en la Comisión de Energía, “se abrirían posibilidades para el autoconsumo, la Ley de Cambio Climático o el cierre de las nucleares a los 40 años. Nosotros seríamos proactivos y exigentes”.
Desde que resucitó el PSOE de Pedro Sánchez, los socialistas quieren que una de sus señas de identidad sea la lucha contra el cambio climático y la transición energética. En su ideario proponen un paquete de medidas que incluye una nueva fiscalidad ambiental que incentive la utilización de las tecnologías más limpias y eficientes y un cierre definitivo de las centrales nucleares.
Fuentes de la Ejecutiva Federal socialista han asegurado a El Periódico de la Energía que harán “todo lo que nos dé tiempo a hacer y sea acorde a nuestro programa”. Más aún, han concretado que “la previsión es impulsar una auditoría regulatoria como primer paso para la transición energética”.
Algunos dirigentes socialistas han sido más explícitos, como Cristina Narbona, presidenta del PSOE, que lo explicó ayer en Twitter: “España necesita, cuanto antes, emprender una senda de Transición Ecológica de la economía, para garantizar un progreso seguro, justo y duradero: estamos perdiendo oportunidades de mayor bienestar y creación de empleo de calidad, por la falta de ambición de Rajoy”.
Y en eso coincide con Unidos Podemos, pero también con otros partidos de la oposición, como ERC, Compromís o EH Bildu, y especialmente respecto al calendario de cierre de las nucleares. Todos ellos incluyen en su programa político que las centrales echen el candado a los 40 años de vida.
Menos clara es la postura de PDCat (CDC en el Congreso), aunque se han posicionado contrarios a la nuclear, al igual que la del PNV, pese a que fueron bastante claros respecto al cierre de Garoña. Su diputado por Álava, Ramiro González, llegó a decir que por fin “podremos dormir tranquilos”. Ahora tendrían que aclarar qué opinan sobre el resto de la centrales, que no lo han hecho hasta ahora más que nada porque ninguna afecta directamente a su territorio.
No será la única decisión que podrían tomar. La fragmentación del Parlamento de esta legislatura ha provocado una parálisis en la regulación energética. Decenas de Proposiciones de Ley o de Proyectos de Ley se hayan quedado en punto muerto, bien por los vetos de la Mesa del Congreso o bien por los interminables plazos de enmiendas. La falta de acuerdos con mayoría parlamentaria ha sido el denominador común de estos dos últimos años.
El cambio de Gobierno podría acabar con estos obstáculos. Y más aún si la guinda la pone Ciudadanos. Pese a sus posiciones ambiguas respecto a temas como el autoconsumo o las nucleares (que dejan en manos del CSN el alargamiento de la vida útil de las centrales), en otras cuestiones, como en el carbón o en la lucha contra el cambio climático, han sido mucho más contundentes