Fuente: Málaga Hoy, entrevista a José Mª Marín Quemada
El supervisor de varios sectores estratégicos en España dio anteayer una conferencia en la UMA y prevé una reducción en el número de operadores de telecomunicaciones.
Bromea minutos antes de comenzar la entrevista sobre la opción de que casi nadie conozca la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Puede que sea así porque, entre otras cosas, es un órgano que ni siquiera tiene un año de vida. No obstante, su presidente, José María Marín Quemada, es una de las personas más influyentes del país ya que esta institución supervisa siete sectores tan potentes como el eléctrico o las telecomunicaciones. Es además catedrático de Economía Aplicada en la UNED, fue hasta septiembre consejero del Banco de España y ayer dio una conferencia en la facultad de Económicas dentro del XI Ciclo de Conferencias sobre Temas de Política Económica. Antes tuvo un encuentro con este diario.
-La CNMC integra las comisiones de Energía, Telecomunicaciones, Competencia, el Comité de Regulación Ferroviaria, la Comisión Nacional del Sector Postal, la Comisión de Regulación Económica Aeroportuaria y el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales. Se lo han juntado todo en uno. Es para volverse loco ¿o no?
-No lo es gracias a que hay 500 personas detrás que son el verdadero motor de la institución. Con esa unión se busca la sinergia. Se trata de que trabajen juntos, por primera vez en España, técnicos de Competencia con técnicos de Telecomunicaciones, con expertos en energía, en transportes… Todo eso es un paso adelante. Es un modelo que lleva siete meses funcionando, pero que es extraordinariamente prometedor.
-Comentó el Gobierno que la unión suponía un ahorro de 30 millones de euros.
-Sí. Todo lo que sea austeridad y ahorro es bienvenido, pero el beneficio fundamental está en ese trabajo conjunto. Hay otros países que están en la misma senda.
-Empezando por la energía, ¿qué control hay de la factura de la luz?
-El origen de la factura de la electricidad está en la política energética de los años anteriores. El mix energético en España es caro. Cuando un país toma la decisión de renunciar a la energía nuclear y se muestra partidario de otras energías más caras, la consecuencia es que pagamos más por el recibo de la luz. Se apostó por las renovables y es un modelo caro.
-El sector de las energías renovables dice que el Gobierno les ha hundido al bajar las primas.
-Sí. En España hay 65.000 plantas de generación de energía renovable y eso supone el pago de 9.000 millones de euros de primas. El Gobierno la ha rebajado a 7.500 millones, por lo que sigue primando la generación de renovables.
-Pero las empresas denuncian que hicieron inversiones en función de las condiciones anteriores y no se han respetado, por lo que hay inseguridad jurídica.
-Cada vez que un Gobierno cambia la regulación favorece a unos y perjudica a otros. Yo soy partidario de que los cambios de regulación fueran muy pocos y muy espaciados, pero la realidad es que hubo gobiernos que tomaron una decisión, se construyeron plantas de energías renovables y otro gobierno ha cambiado esa decisión. En medio se han quedado los afectados por el riesgo regulatorio. Hay un matiz importante y es que España no tiene 9.000 millones para dedicarlo a la subvención de las energías renovables. Ese ahorro de 1.500 millones es un ahorro a la factura eléctrica que hace que España sea más competitiva en sus exportaciones o que los ciudadanos dispongan de más dinero.
-Usted trabajó como directivo en Cepsa y conoce bien el sector. ¿Qué control hace la CNMC sobre los posibles pactos de precios entre petroleras?
-Trabajé hace muchos años allí. La determinación de los precios de los carburantes ha producido distintos expedientes que están abiertos en estos momentos y no me puedo manifestar sobre ellos. Pero sí puedo decir que la CNMC vigila este mercado muy, muy, muy de cerca porque es un sector extraordinariamente sensible.
-Cambiando de segmento, la telecomunicación es el sector con más quejas entre los consumidores. ¿Qué pueden hacer ustedes?
-Hay dos planos. Por una parte, puede estar la incomodidad de los consumidores como clientes y para eso tienen las asociaciones de consumidores y las reclamaciones. Otra cosa distinta es cómo se ha ido transformando el sector de las telecomunicaciones en los últimos años. Creo que es apreciable el nivel de competencia que hay entre las empresas. Nunca hay mercados suficientemente abiertos y siempre se pueden hacer mejor las cosas y esa es la gran tarea de los reguladores. Nosotros tenemos que buscar que los mercados sean más eficientes, que los consumidores reciban unos mejores servicios y que puedan elegir.
-Sin embargo, Vodafone acaba de comprar Ono y Telefónica Digital Plus. Cuando parecía que había más abanico se vuelve a cerrar.
-Cabría preguntarse cuántos operadores de este tipo caben en España. En proporción tenemos muchos más que en otros países como EEUU o China. El mercado español ha tenido un crecimiento enorme. Creo que el número de operadores se va a ir reduciendo en el futuro más inmediato y es de esperar que eso no atente a la competencia. En líneas generales, cada vez que aparece un operador nos alegramos en la CNMC porque está el mercado más abierto y cada vez que desaparece uno nos produce un punto de inquietud, pero no es menos cierto que tiene que haber un número de operadores que garanticen que el mercado esté abierto en calidad, tecnología y precio. Hay que invertir mucho y no todo el mundo tiene capacidad inversora al ritmo que la evolución de la tecnología exige.
-Lleva unos meses en el cargo. ¿Qué grandes retos se plantea?
-Actuar con rigor, independencia y calidad porque las tres cosas son fundamentales para la seguridad jurídica y ésta es un eslabón clave en la cadena de las reformas estructurales. Nunca se tiene la suficiente seguridad jurídica, siempre se puede tener más, pero es un elemento inseparable de unas condiciones económicas que nos permitan crecer, generar empleo y bienestar.