Fuente: El Periódico de la Energía
La producción eléctrica nuclear ha supuesto el 34,42% de la electricidad sin emisiones contaminantes generada en España en 2018, ya que no emiten gases ni partículas contaminantes a la atmósfera.
Así lo ha puesto de manifiesto este jueves el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce, en un almuerzo informativo, en el que ha analizado los datos de Red Eléctrica de España de 2018. “En la transición energética es necesaria la energía nuclear, hay que dejarla subsistir de aquí al año 2030 por lo menos”, ha señalado.
Foro Nuclear ha destacado que, con tan solo el 7,09% del total de la potencia instalada, los siete reactores nucleares españoles han producido 53.216 GWh netos, el 20,39% del total de la energía eléctrica consumida en España en 2018, constituyendo una “base firme y predecible” para la garantía del abastecimiento de electricidad.
“Somos los mayores productores, somos fiables, estables, no emitimos CO2 y no presionamos el precio. Nadie podrá acusar a la energía nuclear de hacer que la factura de la luz sea más cara, porque entramos al mercado a precio cero”, ha explicado Araluce, al tiempo que ha asegura que si se prescindiera de la energía nuclear “se dispararía el precio” de la electricidad.
Las centrales nucleares, según los datos de Red Eléctrica de España, han operado en 2018 un total de 7.192 horas de las 8.760 que tiene el año, lo que representa, de media, el 82,10% del total de las horas del año.
Para Araluce, este porcentaje refleja la “disponibilidad, fiabilidad y estabilidad” del parque nuclear que, en sus palabras, funciona con “altísima regularidad, posibilitando así una adecuada gestión y la garantía del funcionamiento del sistema eléctrico”.
La nuclear, necesaria para la transición
“Las centrales nucleares son necesarias si queremos hacer la transición energética de una forma predecible, garantizando la seguridad de suministro y cumpliendo con los acuerdos ambientales internacionales ratificados”, ha subrayado el presidente de Foro Nuclear.
En su opinión, la industria nuclear española está “altamente capacitada, con tecnología punta y con una firme apuesta por la I+D+i”. “Cuenta con éxito y reconocido prestigio internacional y con un equipo de profesionales comprometidos y altamente cualificados”, ha dicho Araluce, que destaca que el sector alcanza los 30.000 empleos directos, indirectos e inducidos, “ayudando a mantener la dinamización de las zonas donde se ubican”.
Además, ha asegurado que el sector nuclear está “pendiente” de la publicación, previsiblemente durante este mes de enero, del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que definirá las “líneas maestras de cuál es el futuro”. “Los objetivos futuros están más o menos claros, ya que va a haber un predominio de fuentes renovables, pero lo importante ahora es la transición”, ha precisado.
En este sentido, Araluce ha explicado que de aquí a diez años sería necesario instalar en España “50 o 60 gigawatios” de potencia instalada de renovables, lo que supondría una inversión “de 60.000 a 70.000 millones de euros” en renovables hasta 2030.
“Son unas cantidades gigantescas de dinero, pero tendrán que hacerse realidad. Los objetivos están claros pero lo difícil es el camino, la transición”, ha dicho el representante de la industria nuclear, quien ha afirmado que, por los datos que hay, las centrales nucleares “tienen que seguir funcionando”, ya que si no habría que instalar “80 o 90 gigawatios” de potencia renovable durante los próximos diez años.
Las centrales españolas, entre las mejores del mundo
Respecto a la seguridad de las instalaciones, ha asegurado que el nivel de regulación de las centrales nucleares en España “es altísimo”, ya que hay un organismo regulador con un nivel técnico “altísimo” que las están vigilando “constantemente”. “Las centrales españolas están entre las mejores del mundo en funcionamiento. En toda actividad humana siempre puede ocurrir algo, pero las centrales nucleares son segurísimas”, ha sentenciado.
Sobre la central nuclear de Almaraz (Cáceres), ha apuntado que hay una “incertidumbre” de lo que decidirán las empresas para la renovación de la licencia. “Cada diez años una central nuclear tiene que presentar estudios para funcionar por diez años más”, ha explicado Araluce, al tiempo que ha comentado que algunas empresas “quieren pedir la renovación por un periodo inferior a diez años” debido a la situación de incertidumbre.
“En Almaraz se podría recurrir a un arbitraje si los socios no se ponen de acuerdo para pedir la licencia. En los estatutos se contempla dicho arbitraje pero considero que las compañías finalmente se pondrán de acuerdo”, ha manifestado.
Por último, el presidente de Foro Nuclear ha señalado que el “retraso” del Almacén Temporal Centralizado (ATC) supone un “extracoste” pero “no influye” en que las centrales sigan funcionando. “Como el ATC no está disponible se ha hecho un almacenamiento en seco en la propia central. Se han construido pensando en que en algún momento el ATC estará disponible”, ha concluido.