Fuente: El Periódico de la Energía
Europa vive un verano sin “gota” de viento. La actual ola de calor en todo el Viejo Continente está contribuyendo a una “sequía de viento” como nunca se ha visto, afectando negativamente a los operadores de parques eólicos en todo el territorio, es decir, Reino Unido, Francia, España, Alemania y gran parte de Escandinavia. Mientras tanto, los operadores fotovoltaicos están viviendo una mayor producción de energía solar debido a que la irradiación está presente en muchos de los mismos mercados, según cuenta la web Renewable Energy World.
Así se demuestra en los mapas de rendimiento eólico y solar de Europa de Vaisala, una empresa que recopila y analiza datos meteorológicos a nivel mundial,
Además, según Bloomberg News, las compañías eólicas SSE y Ørsted han visto afectadas sus cuentas de resultados por la baja velocidad del viento en la primera mitad del año, lo que se tradujo en la producción de las turbinas. En Gran Bretaña, la falta de viento también ayudó a empujar al alza los precios del gas natural hasta su nivel más alto para la época del año desde 2013, ya que las centrales que queman combustible deben compensar la menor producción de los parques eólicos.
Vaisala ha recomendado durante mucho tiempo que los productores de energía renovable generen una cartera equilibrada de activos eólicos y solares a fin de evitar situaciones exactamente como las que están ocurriendo en Europa en este momento.
Los mapas muestran que los parques eólicos han experimentado una reducción del recurso disponible en julio de hasta un 20% de promedio, mientras que la irradiación solar en muchos de esos mismos mercados fue de hasta un 20% superior a la media.
Se cree que han sido las persistentes altas presiones en Europa las que han causado estas condiciones anómalas. Lo malo es que se prevé que la situación persista hasta octubre. Estas condiciones son la continuación de lo que ocurrió en EEUU, donde hubo otra “sequía de viento” notable hace tres años. En 2015, tuvo un impacto financiero generalizado.
“Las condiciones de 2015 hicieron que muchos inversores de energía eólica en EEUU pensaran seriamente en cómo podrían diversificar sus carteras, no solo geográficamente, sino también tecnológicamente”, explica Pascal Storck, director de Energía Renovable de Vaisala, “estos nuevos datos demuestran que las anomalías a gran escala no son un caso único de un país concreto, y puede ser el momento para que el mercado europeo reflexione y piense cómo puede convertirse en ‘resiliente al clima’“.
Los datos de irradiación solar de julio de 2018 muestran una correlación negativa entre las desviaciones en las velocidades del viento y las desviaciones en la irradiación solar, es decir, cuando el viento estaba por debajo del promedio, la luz del sol era superior a la media. Vaisala dijo que el patrón de correlación se mantiene a largo plazo en la mayor parte de Europa, pero varía de una región a otra como se ve a nivel mundial.
“A menudo las tecnologías eólica y solar juegan entre sí, pero la realidad es que una cartera diversa, obtenida mediante la construcción de ambas, a gran escala, será la solución a la variabilidad a largo plazo de esta naturaleza“, advierte Storck. En Alemania, por ejemplo, la capacidad solar y eólica instalada ha aumentado en el último año, pero la producción de energía eólica para julio de 2018 fue un 20% menor respecto al mismo mes de 2017: una caída de 1,1 TWh en generación, o el equivalente de contar con 10 GW menos en la capacidad de generación (suponiendo un factor de capacidad de verano típico del 15%). Sin embargo, este déficit fue más que compensado por un aumento del 26% o 1,4 TWh, en su producción de energía solar en el mismo período.
Dicho esto, no todos los mercados han podido tener este efecto de equilibrio. Portugal, por ejemplo, experimentó tanto vientos bajos como poca radiación en julio, y en España, aún teniendo mucha irradiación, no ha podido suplir la falta de viento con generación fotovoltaica, porque apenas está desarrollada en este país, y su aportación aún no es significativa.