Fuente: El Periódico de la Energía
La presidente electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene grandes planes para la protección del medio ambiente e hizo importantes promesas a los eurodiputados durante su discurso en Estrasburgo, en el que destacó que la protección del medio ambiente es «nuestra tarea más urgente».
Ahora, claro, se propone entregar un «acuerdo verde» para Europa que proporcionará la neutralidad climática para el 2050.
Para financiar la transición «verde», propone convertir partes del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en un banco climático para desbloquear 1 billón de euros de inversión en la próxima década.
También quiere introducir un arancel al carbono para garantizar que las empresas puedan competir en igualdad de condiciones, sin que se trasladen a otros países de la UE para escapar de los costos del carbono.
Desde hace una década, los parlamentarios franceses han estado coqueteando con la idea de un arancel fronterizo al carbono para productos de terceros países cuya fabricación era especialmente intensiva en CO2. La idea detrás de tal tarifa es vincular la protección del clima con los intereses económicos y mantener la competitividad de la economía doméstica con estándares ambientales cada vez más altos.
En Francia, la mayoría de los partidos políticos apoyan el arancel en frontera al carbono. “Esta fue una demanda importante de nuestro partido. Estamos encantados de que la presidenta alemana de la Comisión Europea haya adoptado este tema. Particularmente para los alemanes, que son una nación exportadora fuerte, esto no sería una ‘medida fácil’”, dijo a Euractiv François-Xavier Bellamy, eurodiputado conservador francés.
Alemania aún no se ha hecho a la idea, y se especula que los anuncios de Von der Leyen son una concesión a Macron, quien se dice que la llevó a la carrera para la presidencia de la Comisión. “Su visión no está puramente inspirada por los franceses. Al hacerlo, se está moviendo hacia lo que los Verdes han estado defendiendo en Alemania y está siendo influenciada por el debate nacional «, dice Nicolas Berghmans, investigador de política climática en el think tank francés IDDRI.
En el caso de España el problema ha sido la electricidad importada desde Marruecos. El Gobierno que sea la Unión Europea quien decida poner un impuesto en forntera al CO2, aunque la Comisión también le ha dado la oportunidad de que lo haga por su cuenta, o incluso algo más fácil, establecer con Marruecos un sistema de garantías de origen en frontera.