Fuente: Expansión
La Comisión de Competencia prepara un cambio histórico en los pagos que reciben las redes de luz y gas en España que, en algunos capítulos, va a suponer recortes millonarios.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) trabaja a marchas forzadas para acometer una profunda revisión a la baja de los pagos que reciben las redes de distribución y transporte de electricidad y gas en España. Las empresas más afectadas serán Endesa, Iberdrola, Naturgy y Red Eléctrica (REE) y, en menor medida, otras eléctricas, como EDP y Viesgo, y gasistas, como Enagás, Redexis, Nortegas y Madrileña Red de Gas.
La reforma, que contempla un cambio histórico en la forma de retribuir las redes de luz y gas en España, puede suponer un recorte millonario, sólo equivalente a los distintos hachazos de las sucesivas reformas del sector en los últimos años.
El recorte más acusado será en las redes de distribución eléctrica, que operan grupos como Endesa, Iberdrola y Naturgy para llevar la luz hasta el abonado. El ajuste en este tipo de infraestructuras podría alcanzar los 400 millones de euros. Para la distribución de gas, la segunda más afectada, se calcula un impacto de unos 200 millones. El transporte de luz (alta tensión, que gestiona REE) y las redes de transporte de gas (gasoductos, que gestiona Enagás) sufrirán recortes más suaves.
La diferencia con otros ajustes anteriores es que, en esta ocasión, por primera vez Competencia va a decidir el ajuste con criterios absolutamente técnicos, sin condicionamientos políticos. Al frente del organismo está José María Marín-Quemada, que enfila la recta final de su mandato, al que le podría poner un broche de oro con esta reforma energética. La reformulación de cuánto y por qué se paga a las eléctricas y gasistas por sus redes es, en estos momentos, el frente regulatorio más relevante al que se enfrentan esas empresas.
Esa reformulación es fruto de las nuevas atribuciones que la CNMC tiene en materia energética. El organismo recuperó competencias tras un duro rifirrafe con el Gobierno. La CNMC va a plasmar todos sus nuevos poderes a través de 13 circulares, su máxima expresión legal.
Los borradores de cuatro de ellas ya fueron sacados a audiencia pública hace unos días. Entre ellos, el que establece nuevos mecanismos, como la subasta, para parar la burbuja que se está creando en la petición de licencias de renovables. Con todo, las circulares que más expectativas -y temor- están causando entre las empresas energéticas son las que deben fijar la metodología de retribución de las redes de distribución y transporte de electricidad y gas, así como la circular para acometer una reforma del polémico mercado mayorista (pool). La expectación empresarial es enorme. El convencimiento de que habrá recortes es generalizado. La duda es el tamaño y por dónde se meterá la tijera. Las partidas a revisar son muchas. Por ejemplo, la red de distribución de luz, que en 2019 cobrará más de 5.300 millones, se juega partidas como las compensaciones por fraude o pérdidas en la red, que la CNMC considera redundantes o excesivas.
En el caso de REE, la CNMC lleva años advirtiendo que la empresa cobra en exceso por activos que están ampliamente amortizados. Los recortes podrían superar los 50 millones.
Del 6,5% al 5,5%
El caballo de batalla en la nueva metodología de cálculo de los pagos que hay que hacer a las redes es lo que técnicamente se llama tasa media de retribución (wacc, por sus siglas en inglés). Hasta ahora, se fijaban cantidades absolutas. La CNMC va a introducir la fórmula, más estandarizada en países desarrollados, de pagar en función de un porcentaje de rentabilidad. El sector aplaude el Wacc como fórmula, pero discrepa en la cifra. La CNMC baraja un 5,5%, frente al 6,5% o 7% del que disfrutan algunos activos. Las eléctricas están desplegando un intenso lobby para demostrar que la media europea es del 6,4%.