Fuente: El Periódico de la Energía
El Photovoltaik-Institut Berlin (PI Berlin) ha publicado un nuevo estudio que analiza las auditorías de control de calidad de paneles solares fotovoltaicos -más de 250 fábricas de 120 fabricantes de paneles de todo el mundo- que resalta el estado actual de la “calidad” de los paneles, al tiempo que disipa conceptos erróneos del tipo y la ubicación de los fabricantes en el orden jerárquico de calidad.
El nuevo estudio de PI Berlin se basa en las auditorías realizadas por terceros en los últimos seis años. Una observación importante del estudio es que la calidad del panel ha ido en la dirección correcta, pero la variabilidad en casi todas las métricas clave sigue siendo una preocupación.
PI Berlin genera una “calificación de calidad” para cada panel fotovoltaico fabricado en una planta de fabricación específica. Después de realizar todos los parámetros de auditoría de calidad, los fabricantes se dividen en grandes, medianos y pequeños desde una perspectiva de capacidad.
Curiosamente, PI Berlin da la calificación “Media”a la calidad del 40,2% de los fabricantes. Por el contrario, solo el 8,2% de los fabricantes auditados cumplieron con los estándares de calidad y obtienen la calificación de “Excelente”.
Sin embargo, el estudio observó que las fábricas más grandes generalmente obtienen mejores resultados en términos de calidad, ya que no había un solo fabricante con una capacidad de producción superior a 3GW por año que tuviera una calificación de calidad “Pobre” o inferior a la media.
“Atribuimos estos resultados a las crecientes demandas de calidad de los clientes, a los niveles más altos de automatización y a la capacidad de estas empresas para atraer y retener a personal más calificado”, señaló Stella Su, auditora principal de PI Berlin y autora del estudio.
Una fábrica típica que obtiene la calificación “Media” suele carecer de las herramientas de gestión de calidad contemporáneas, como el control estadístico de procesos bien implementados (SPC), la gestión de la calidad total (TQM), el costo de la calidad (CoQ) o los procedimientos Six Sigma, según el estudio.
Sin embargo, el estudio también observó que la calidad podía variar de una fábrica a otra, especialmente cuando la producción se encontraba en varios países.
Según Su, “parte de esto se debe a la cultura de la empresa: aquellas empresas con una cultura y una filosofía de calidad sólidas se esforzarán para garantizar un alto grado de coherencia entre las fábricas, otras con una cultura de calidad más débil experimentarán un grado de variabilidad mucho mayor. El uso de subcontratistas también desempeña un papel en la variabilidad: la calidad de los módulos de un subcontratista depende en gran medida de cómo se gestiona éste”.
Una de las ideas erróneas clave que se disipó fue que los paneles producidos fuera de Asia serían de una calidad general más alta. El estudio de PI Berlin observó que, en términos de calidad general del panel, países como Corea del Sur y China y algunos países del sudeste asiático, en realidad obtienen mejores calificaciones que los de Europa y América del Norte.
Esto se atribuye a la aparición de una producción en masa genuina en estas regiones, que ha creado un ecosistema de soporte completo de proveedores de equipos, proveedores de materiales y personal calificado.
Una tendencia positiva clave ha sido que la mayoría de los fabricantes han podido mantener o mejorar su calidad: más de la mitad de los fabricantes auditados mejoraron sus calificaciones entre 2015 y 2017, lo que también ha llevado a un número menor de fabricantes etiquetados con problemas de calidad “críticos” .
“La competencia en la industria fotovoltaica y las crecientes expectativas de los clientes han impulsado la calidad de la fabricación”, añadió Su. “Sin embargo, la variabilidad no ha desaparecido. Las cifras muestran que corresponde a los jugadores de las actividades downstream participar activamente en el proceso de gestión de la calidad y hacer consideraciones cuidadosas al seleccionar y contratar el suministro de módulos”.