Galp Energia ha inaugurado esta semana Enerfuel, la primera fábrica portuguesa de producción de biocombustibles a partir de residuos de la industria alimentaria y de los aceites usados como materias primas principales. El biodiésel producido aquí está destinado a ser incorporado al gasóleo y con ello lograr una reducción de más del 80 % de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), lo que representa una reducción potencial de cerca de 100 toneladas de CO2 al año, explican los responsables de la compañía.
La nueva instalación tiene una capacidad de producción de 27 000 toneladas de biocombustible por año y también genera glicerina, que se utiliza en la producción de velas o en la industria de cosméticos y fertilizantes procedentes de fuentes renovables utilizados en la agricultura.
Al tener en consideración las cuotas de producción asignadas y la capacidad de producción, Galp Energia espera comenzar a exportar el biocombustible al mercado europeo a partir de 2014.
El hecho de que la materia prima sea de procedencia exclusivamente portuguesa hace que la entrada en funcionamiento de esta planta impacte también positivamente en la reducción de las importaciones, subrayan los representantes de la energética lusa. Además, esta apuesta asegura quince puestos de trabajo locales directos y alrededor de cincuenta indirectos.
Según hacen hincapié desde el grupo portugués, la puesta en marcha de Enerfuel es un paso importante en la estrategia de lucha contra el cambio climático de Galp Energia, además de un avance en la reducción del impacto de las emisiones procedentes de los vehículos de transporte en Portugal.