El presidente de Red Eléctrica, José Folgado, aseguró ayer que España necesita las energías nuclear e hidráulica «como respirar» para controlar los costes eléctricos y reducir la dependencia del exterior.
En unas jornadas sobre dependencia energética organizadas por El Nuevo Lunes, Folgado consideró que la energía nuclear es fundamental para mantener cierta independencia del exterior y, por ello, abogó por incrementar la vida útil de las centrales que existen e incluso «ver la posibilidad de repotenciar» estas plantas.
«Si mantenemos las centrales nucleares haremos un gran servicio a España», subrayó Folgado. De la misma manera, destacó la importancia de la hidráulica, la única tecnología renovable que, a su juicio, debería incrementar su potencia instalada en los próximos años. De hecho, apuntó que España no podrá tener nunca una generación totalmente renovable «salvo que fuéramos capaces de hacer más presas, más trasvases, más bombeo», porque «si queremos realmente que la energía hidráulica siga jugando un papel creciente no nos queda más remedio» que plantear la posibilidad de «de poder hacer un pantano» o plantas minihidráulicas. Otra opción sería que «Francia cambie el chip» y permita «hacer todas las interconexiones que queramos por los Pirineos» sin necesidad de que sean soterradas, como la que actualmente está en construcción.
«Sudoko imposible» de la reforma energética
Con respecto al «sudoku imposible» de la política energética, Folgado abogó por sacar del sistema eléctrico «lo que no es estrictamente» energía, sino política social o territorial, como es el caso de los sobrecostes extrapeninsulares o el carbón. «Sé que los presupuestos están como están», reconoció, pero insistió en que estos conceptos dejen de considerarse costes del sistema eléctrico. Ha señalado que el carbón «tendrá su papel en la seguridad de suministro» en el futuro, pero sólo el que sea rentable, mientras que el que no lo sea tendría que pasarse a «los Presupuestos Generales del Estado como política social territorial».
En este sentido, reconoció como un «fracaso más que notable» la política de desarrollo alternativo de las comarcas mineras, algo que, en su opinión, se debe a que «con los niveles retributivos» del sector del carbón no son viables otras industrias. Por otra parte, ha apostado por la electrificación de la economía -principalmente mediante el fomento del coche eléctrico y el transporte de mercancías por ferrocarril- porque cuando se recupere la economía «con cierta firmeza», en unos dos años, «va a tirar del transporte», lo que volverá a lastrar la balanza exterior.
Folgado admitió que “reza” por los que ocupan actualmente la cartera de Energía, ya que “técnicamente, no se han podido hacer las cosas peor a partir del año 2006”.
Por ello, admitió que “todos somos un poco víctimas de la solución de este problema” ya que existen 28.000 millones de euros de déficit y “se puede discutir si se lo comen los prespuestos del estado o se mutualiza”.
Renovables
Folgado apuntó como uno de los problemas de esta situación la implantación global de las renovables, algo que a su juicio “ha creado una burbuja con problemas macroeconómicos evidentes”.
“Hay cosas que no se pueden hacer nunca, no se puede llegar a un déficit de 28.000 millones con una carga financiera permanente de capital de 2.500 millones anuales cargado sobre el sector energético”.
Así, Folgado admitió que las renovables están en “una encrucijada seria” y que a su juicio “en este momento no merecen la pena” y que “no augura” un aumento de esta tecnología. El presidente de REE explicó que existe una oferta de 102.000 megavatios de renovables y “la demanda que se espera para este invierno es de 45.000 megavatios”.
Además, añadió que las renovables tienen el problema de no ser gestionables y de no ser constantes, lo que dificulta garantizar el suministro. “Si todo fuera renovables ahora estaríamos a oscuras”, sentenció.
De este modo, defendió el papel de las tecnologías hidráulicas y nucleares, ya que de mantenerse “le haríamos un gran servicio a España desde el punto de vista de la dependencia energética”.